miércoles, 29 de marzo de 2017

ALGUNAS PREGUNTAS ANTE EL PROCESO DEL PSOE


Ahora que ya dicen estar todos (los que son, los que están, los que quieren estar y los que quieren pero no se atreven, e incluso aquellos a los que este asunto sanamente les resbala), quizás sea hora de formularse algunas preguntas. Pienso en el proceso de primarias del PSOE y en su próximo congreso.
1.- ¿Qué es antes, reformular la socialdemocracia -si es que hace falta- o elegir a un líder?
2.- ¿Qué peso debe tener la ideología y cuánto el líder del partido? Aunque solo sea en porcentajes aproximados.
3.- ¿Qué importancia se le ha de dar a la situación internacional en la definición ideológica?
4.- ¿Se afrontará de una vez con gallardía el asunto territorial diciendo lo que se piensa y pensando lo que se dice?
4.- ¿A qué se va a dedicar más tiempo y esfuerzo, a debatir y enmendar las ponencias marco o a jalear a cualquiera de los aspirantes?
5.- ¿Qué significa exactamente ser líder de un partido? ¿Qué funciones se le atribuyen y qué poderes se le delegan?
6.- ¿Cuál será la razón por la que cada aspirante quiere ser líder del partido? Me horroriza pensar que se creen salvadores de algo y no servidores sencillos de una causa en la que creen y a la que simplemente contribuyen durante una temporada con su esfuerzo.
7.- ¿No se darán tal vez cuenta los candidatos -y sus arrejuntados de diario- que lo mismo que ellos hay muchos centenares de personas que lo podrían hacer igual o mejor que ellos y que, por tanto, hay que atemperar lo que se dice y aquello de lo que se presume?
8.- ¿Hasta qué punto se van a guardar los candidatos -y mucho más sus allegados- los navajazos y las puñaladas traperas en el proceso de elección?
9.- ¿En qué situación de enfrentamiento puede quedar le partido, gane quien gane, teniendo en cuenta los partidarios de cada uno y los antecedentes que todo el mundo conoce? Hay tanto desencuentro acumulado…
10.- ¿Pondrán de una puñetera vez límite a los lideratos y a los mandatos de todo hijo de vecino?
11.- ¿Entenderán los llamados barones y cuadros intermedios que vale lo mismo el voto de cualquier militante que el suyo?
12.- ¿Entenderán todos que no siempre es lo mismo el ideario político que las circunstancias en las que hay que aplicarlo y que no se puede ir por la boca todo aquello que después no es posible cumplir?

Como ya he llegado a la docena, aunque no sea de huevos, lo dejaré aquí, pero la lista se puede alargar describiendo cualidades, defectos y aspectos de este proceso que abrirá heridas y que tardará en cicatrizar, pero que, sobre todo, corre el peligro de mirar demasiado el dedo de los aspirantes y no ver la luna de la ideología y del programa para hacer despertar de la modorra a esta sociedad tan egoísta y desilusionada. Veremos.

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