viernes, 6 de enero de 2017

PARA ESTE NUEVO AÑO


Con los regalos todos repartidos y los deseos intactos y guardados, debo considerar si el nuevo año ha de darme también mis pretensiones. No sé lo que deseo, ciertamente: tengo de casi todo. Tengo gente que dice que me quiere y que me mira con ojos que parecen complacidos; tengo curiosidad por muchas cosas; tengo aire con el que respirar al menos trece veces por minuto; me suena la conciencia que late universal y que se duele por tanto como puede mejorarse; me duele hasta muy dentro la sonrisa de un niño (también si llora y nadie lo contempla); llego hasta fin de mes sin preocuparme demasiado por eso del dinero; soy un mal ciudadano, lo confieso: gasto poco y apenas contribuyo a eso del negocio y el comercio; mi escala de valores es extraña y persigo el silencio con frecuencia; sigo leyendo mucho y escribiendo cada día un ratito; no me fijo objetivos especiales: acaso por la edad pues ando en años en los que tal vez puedo no hacer nada; desdigo del sistema y lo contemplo con toda la impotencia de quien no puede nada para poder cambiarlo…
¿Nada? Tal vez un poco, todo aquello que contengan mis manos: el hombre que, por serlo simplemente, merece mis respetos y cuidados; todos los otros seres, que siempre certifican que son la propia vida, lo mismo que yo mismo; el tiempo y el espacio compartidos, la luz que puedo dar en la sonrisa; y esa otra sonrisa más irónica para con los más sometidos al sistema; o ese dejarme ir entre los días, como si todos fueran diferentes; o, en fin, ese rozarse con las pequeñas cosas, esas que no se oyen pero existen, que me van conformando y me sustentan…

Son muchísimas cosas al alcance sencillo de mi mano. Son las que más deseo, las que quiero para este nuevo año.

No hay comentarios: