No existe concepción del mundo si
no la ciframos en algún sistema.
No conozco ningún sistema mejor
que el lingüístico para este cifrado.
Manejar ese sistema debería
significar jugar con ventaja a la hora de entender el mundo.
Los ecos y las noticias que nos
llegan del mundo y de las cosas son siempre imprecisos.
La palabra, ay, también, por
definición, es imprecisa, imperfecta, menesterosa.
Llevo muchos años fajándome con
el uso de la palabra y mis dudas no hacen más que aumentar.
¿
Serán equiparables la duda en la
palabra y la duda del mundo y de las cosas?
Porque vivo siempre en algo así
como en un “como si…”, pero nunca en la certeza de casi nada,
Me gustaría que la palabra y la
realidad trabaran una buena amistad.
A ver si mañana el alba se
desnuda y se me ofrece más diáfana para saludar al verano.
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