sábado, 30 de abril de 2016

PESADILLA NOCTURNA


PESADILLA NOCTURNA

Saliste, como Venus surgiendo de las aguas,
de aquel cuarto de baño. La toalla
sumió tus humedades. De tu pelo
apenas ya llovía. Te tendiste
a mi lado en la cama.
Tu piel toda luciente, tus mejillas
sonrosadas y dulces como fresas,
tus senos desafiantes contra el cielo
y tus piernas en forma de compás,
con su punto de apoyo en color negro.

¿Por qué, si yo  moría de impaciencia,
te rendiste del sueño entre los brazos?
Yo, mientras tanto, en vela simplemente,
mirándote y mirándote,
cada vez más diáfana y desnuda,
recorriendo con mimo con mis manos
los restos de la lluvia por tu cuerpo.
Y tú tan entregada al dulce sueño.

Qué noche de tormento y de fracaso.
Y qué gran desengaño
cuando vino la luz de la mañana
y tú te despertaste preguntando
por una pesadilla que, dijiste,

te había contrariado aquella noche.

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