lunes, 29 de febrero de 2016

LIBERTAD


Con relativa frecuencia, todos -o casi todos- nos planteamos, en planos muy diversos, alguna consideración acerca de algo tan abstracto, esencial y general como es el concepto de la libertad. No me propongo en estas escasas líneas ni siquiera una aproximación rigurosa a lo que significa ni a la realización que de ella se haga por ahí. Solo algún eco de la misma.
Un plano filosófico: ¡Qué diferencia tan grande entre la libertad de obrar y la libertad de la voluntad! La primera está restringida por todos los corsés que nos imponen las circunstancias; son ellas las que nos acotan el terreno y las que dictan las normas en las que nos tenemos que mover. Aquí el recuerdo de las palabras de Ortega: “Yo soy yo y mis circunstancias”. La segunda parece más amplia pues es decisión personal y responde a una escala de valores que persigue cada uno, siquiera sea solo en el plano teórico, pero que impulsa la posterior libertad de obrar. Tal vez, por ello, personas tan animosas y voluntariosas que se quedan en la voluntad y en tantos casos con el fracaso en la conciencia por no poder desarrollar la libertad de su voluntad en las trabas y restricciones de la libertad de obrar.
Pero, por si acaso, y para no venirnos abajo del todo, ahí la idea de Kant que postulaba para sí la conciencia de contribuir en su medida a asegurar un orden que permita a todo individuo gozar un día de toda la libertad que sea compatible con la libertad de los demás. O sea, aquel límite único de que mi libertad termina donde empieza la de los demás, y nunca antes, pero tampoco después. Y, además, con un uso de valor universal. Hay pues un nivel de uso individual y otro colectivo. El segundo  es nuestro y a nosotros se nos debe achacar su desarrollo o su sueño en el olvido; el segundo resulta más problemático, pero hemos de ir a él con la seguridad que da el saber que nosotros también formamos parte de la colectividad y de las circunstancias en las que nos desarrollamos.
Un plano lírico. Copio la letra de un poema de Agustín García Calvo que se comenta solo. Las licencias líricas seguramente permiten no tener demasiado en cuenta las restricciones externas; por eso, tal vez, se exprese todo en forma de deseo:


“Libre te quiero
 como arroyo que brinca 
de peña en peña, 
pero no mía. 
Grande te quiero 
como monte preñado 
de primavera,
 pero no mía. 
Buena te quiero 
como pan que no sabe
 su masa buena,
 pero no mía.
Alta te quiero
 como chopo que al cielo 
se despereza,
pero no mía..
 Blanca te quiero 
como flor de azahares 
sobre la tierra,
pero no mía.
 Pero no mía
 ni de Dios ni de nadie 
ni tuya siquiera”. 



Un plano narrativo: Cap. LVII Quijote II:
“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.

En este trajín de ida y vuelta, de presencia y de ausencia, de añoranza y de olvido, de realidad y de deseo, se desarrolla este concepto que abarca tanto y que se deja abrazar tan poco. Tal vez porque pertenezca más al mundo de los conceptos que al del desarrollo de la vida cotidiana. Tal vez.

sábado, 27 de febrero de 2016

LAS FUENTES EN BÉJAR



LAS FUENTES EN BÉJAR

Las cristalinas aguas de las fuentes
guardan en sus entrañas un rumor
que teje y teje  de pureza el aire
mientras manan cantando su canción.
Desde los altos riscos de la sierra,
donde el cielo a la tierra se asomó,
han llegado escondidas hasta el valle
para entregar las notas de su son.
Son notas que susurran viejos ecos,
son notas que convocan al amor,
que ofrecen  el sosiego y el descanso
desde el hilo delgado de su voz
y, en el rumor sereno de sus aguas,
dan aliento y reposo al corazón.

Sombría Fuente del Lobo, de Santa Ana,
Fuente Santa, la Fuente del Amor,
Fuente del Castañar que, todo el año,
salmodias en el monte una oración
y en las cálidas tardes del estío
apagas los ardores y el sudor…
Fuente de doña Elisa, de la Antigua,
Caño Comendador,
Fuente de san Francisco, recoleta,
o Fuente del Regajo en su esplendor…,
todas las que entregáis en vuestras aguas
las notas armoniosas del cantor,
¿qué traéis desde lo oscuro de la tierra
hasta mi corazón?

Todo canta armonía en el silencio,
de rincón en rincón.
La tarde en su candor se ha vuelto niña
y reza en cada fuente una oración.
Yo, mientras bebo, canto y, mientras canto,

comparto con las fuentes su canción.

jueves, 25 de febrero de 2016

TALA EN EL PARQUE DE BÉJAR


TALA EN EL PARQUE DE BÉJAR

Llegan rumores lejanos
que vienen desde las aguas,
y que traen en sus murmullos
la tristeza de sus lágrimas.
Han oído que en el Parque,
donde la fuente sonaba,
hacen ruidos viejas máquinas
y hacen desmoches y talas.
Los plátanos. que en sus crestas
a los cielos alcanzaban
y que en las tardes de estío
los paseos sombreaban,
se han quedado de repente
al descubierto y sin ramas.
Por eso lloran los cielos
en los rumores del agua.
Los pájaros miran tristes,
en sus vuelos ya no cantan,
y las fuentes se han callado
en sus refugios de plata.

Mientras paseo por el Parque
-fulgores de la mañana-,
mi corazón caminante
parece que palpitara
un grito contra los cielos

lleno de desesperanza.

miércoles, 24 de febrero de 2016

LA RAZÓN Y LAS RAZONES


De nuevo, siguiendo a don Antonio Machado:
“Es el mejor de los buenos
quien sabe que, en esta vida,
todo es  cuestión de medida:
un poco más, algo menos…”
Por fin, después de más de dos meses, parece que dos partidos políticos se ponen de acuerdo y firman un documento que sirve como una suma de mínimos para una investidura y para un programa de gobierno. Tengo el texto en mi poder y le he echado un vistazo. Un buen número de medidas de carácter general que tienen que tener su concreción y que expresarán su bondad o su maldad según la seriedad y la inteligencia con las que se pongan en práctica. Por lo demás, nada es definitivo pues se necesitan votos que, de momento, ni están ni se los espera. De modo que todo es provisional y puede caducar en menos de una semana.
Me interesan, además del contenido de los pactos como hecho principal, dos variantes. La primera es la del cambio en el tono de las declaraciones de todos los que hayan intervenido en las conversaciones; los que han acordado para magnificar la bondad de los acuerdos, y los que no han acordado para señalar fallos por todas partes y oposición frontal a los mismos. Serán aquellos que un día o dos antes han estado a punto de sellar unas páginas parecidas. O sea que cada cual se pondrá en postura electoral y mirando para su beneficio particular. Y mucho más si consideran que el acuerdo puede no servir y que unas nuevas elecciones generales se asoman por el horizonte.
La segunda es la del embarrado panorama general que seguimos teniendo, lo que no facilita en absoluto las aproximaciones entre unos y otros. Hay algún partido que está hasta los sobacos de mierda y con él no resulta sencillo intentar ni siquiera una aproximación. Pero me gustaría que al menos todos los demás mostraran con un poquito de humildad y de sencillez, sabiendo que no tiene razón el que más voces da, ni se es más sólido ni convincente con maximalismos sino con cesiones y aproximaciones. Y todo sin renunciar a los principios fundamentales que cada cual defienda, pero acomodando esas ideas a la realidad que corresponde y a la variedad social del momento que compone la comunidad a la que representan. No sé si hay más réditos políticos con posturas rígidas. Tampoco me importa demasiado. Sí estoy seguro de que resulta de más alcance el que cede razonada y razonablemente, pensando en las muchas ramas que posee el árbol que cobija a todos.
No sé quién tiene más razón aunque sospecho quién tienen más razones. Porque aquello de la verdad está complicado siempre. Solo las aproximaciones nos guían y nos mantienen. También lo decía don Antonio:
“¿Tu verdad? No, la Verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya guárdatela”.

Que dios reparta suerte.

martes, 23 de febrero de 2016

ELLOS Y NOSOTROS: LA TIERRA DE ALVARGONZÁLEZ


“Siempre que trato con hombres del campo, pienso en lo mucho que ellos saben y nosotros ignoramos, y en lo poco que a ellos importa conocer cuanto nosotros sabemos”.
Estas palabras componen una consideración que don Antonio Machado se hace durante un viaje, al lado de un campesino, mientras este está en silencio. Están recogidas en la versión en prosa de “La tierra de Alvargonzález”. Hay tres elementos para considerar: “los campesinos saben mucho”, “nosotros sabemos poco”, “separación entre los intereses de unos y de otros”.
No estoy muy de acuerdo con don Antonio. Los campesinos saben lo que saben, unos más y otros menos. Sí creo que lo que saben es más esencial, sencillo y duradero. Lo es porque sus constataciones son más visibles y permanentes: es la naturaleza y son los días los que constatan cómo suceden y cómo van a suceder las cosas. La vida del ciudadano (de ciudad) es mucho más volátil y apresurada; no es fácil saber qué puede ocurrir mañana y todo parece ser más provisional y variado. Nada demuestra, hasta aquí, que una versión sea mejor que la otra, por más que la tradición dé casi siempre el premio a la “alabanza de aldea”.
Tampoco sé muy bien hasta dónde alcanza la separación entre “campesinos” y “ciudadanos”. O, al menos, tengo para mí que no es la única variable que separa la escala de valores entre unos y otros la de vivir en el campo o en la ciudad. Las palabras de don Antonio Machado se cifran hace un siglo y hacen referencia a una tradición anclada en el pasado. Las relaciones físicas y sociales de ahora mismo acercan mucho las circunstancias de unos y de otros; los límites entre vivir en el campo o en la ciudad se han desdibujado y no es sencillo trazar una línea divisoria. Sospecho que variables como edad o nivel cultural también intervienen con fuerza y marcan separación y diferencia.
En todo caso, las diferencias siguen existiendo, sobre todo en sus últimos reductos, en aquellos que nos acercan a lo más esencial y a lo más escondido. Tal vez por eso -también en la imagen de Machado- recreamos al campesino más silencioso, simple y austero. Seguramente porque tiene que recluirse en sí mismo y en la naturaleza como interlocutor inmediato, y eso lo lleva a un grado de desconfianza y de apartamiento mayor que los del ciudadano.
¿Qué será para el campesino eso de conversaciones para intentar formar Gobierno si tiene la necesidad inmediata de tener que acudir a echar hierba al ganado, o tiene que arar porque se le pasan los días que marca el calendario del campo, por ejemplo? ¿Con quién va a comentar el último escándalo político si a él todo eso le queda demasiado lejos y en nada puede influir?
De esta escala de valores más personal y esencial surgen las prácticas diarias, las labores, los gozos y las sombras campesinas. Como las que desarrolla Machado en el espléndido romance de Alvargonzález.

No sé cuántos de estos aromas esenciales se conservan entre nuestros campesinos un siglo después ni si su formulación puede ser la misma. En el romance de Alvargonzález todo luce con esplendor, epifanía y hondura. Machado es siempre Machado.

lunes, 22 de febrero de 2016

DON ANTONIO MACHADO: LAS PALABRAS VERDADERAS


Febrero 1939, día 22, Colliure. Medio olvidado, solo y desolado, murió don Antonio Machado. Hoy hace 75 años de aquel día desdichado.
Don Antonio Machado es uno de los pocos creadores de los que me gusta no apear nunca el don que se merece. Es don Antonio Machado. Siempre ha sido uno de mis referentes y de mis autores de cabecera y de corazón. Y nunca ha decaído la estima que siento por él y por su obra.
Creo que digo bien: por él y por su obra. Sé que de un creador me tiene que interesar sobre todo su creación literaria. Pero este hombre está hecho de otra pasta para mí. Don Antonio Machado es el antihéroe, el sencillo, el rumiador de palabras, el de las palabras verdaderas. Sus palabras son verdaderas porque no solo describen sino que sienten; sus paisajes nunca están muertos, aunque mueran; y los objetos no están apartados, sino que se apartan. Y, en los paisajes vivientes, el ser humano ocupa su lugar para con-sentir, para sentir con ellos en plano de igualdad. El ser humano, así, adquiere sencillez y duración, palpita y se conmueve al ritmo de las cosas, como si estuviera recubierto con una capa de tiempo y de naturaleza de la que le vinieran todos los sentimientos. Por eso siempre he dicho, con simplificación simplona, que muchos de los poemas de don Antonio Machado son naturaleza con bicho. El bicho lo poseen los elementos naturales en tanto que viven y sienten; y en los poemas vive también el espíritu humano como bicho humanizado y naturalizado. A don Antonio le dolían los paisajes y él se sentía dolorido como los propios paisajes. Un dolor que era sencillo, el de la sencillez del hombre bueno y sosegado, el de la humildad del hombre profundo y duradero en esa sencillez. En las voces de Juan de Mairena y de Abel Martín nos dejó un esquema de filosofía vital que sigue ahí vigente y amistoso.
Son muchos los pensamientos -o índices de pensamientos- los que me vienen a la memoria. Quizás ninguno tan amplio y rotundo como aquel en el que afirma esto: “Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre”. A ver qué Platón o qué Kant lo mejora. ¡Si supiéramos leer esta oración!
¿Alguien -me pregunto- ha extraído más significado de la palabra “tarde” que don Antonio Machado? Tal vez, con la metáfora de los ríos, de Manrique, la más utilizada y la más clásica de la literatura en lengua española.
Y después, todos sus proverbios, tan hondos y radicales, tan vivos y tan universales; y su dolorido sentir; y su mirada limpia; y el mundo popular en su cabeza; y…
Luego están las escuelas, y las evoluciones, y los elementos técnicos, y todo eso que estudian los profesionales. Pero eso ocupa ya un escalón de orden menor.
Me siento muy deudor de don Antonio. En la lectura de sus obras, en mi creación, en los elementos radicales de su filosofía, en el ejemplo de su persona y de su vida.

Hoy el cielo está gris y la tarde bosteza. “Es una tarde cenicienta y mustia, / destartalada como el alma mía”. Acaso no recuerdan sus palabras misteriosas: “Estos días azules y este sol de la infancia”. 

viernes, 19 de febrero de 2016

CUANDO...


CUANDO…

Cuando llegue la luz cada mañana,
me gustaría estar ya acostumbrado
a tu luz, que es más diáfana y más clara;
cuando llegue la hora del asombro,
me gustaría advertir que yo solo me asombro
descubriendo los mapas de tu geografía;
cuando el mundo se llene de basuras
-si es que no lo está ya-
me gustaría vestirme una escafandra
y olvidarme en el fondo de los mares;
cuando el mandato asuste
con castigos eternos y con miedos,
me gustaría pecar y coronarme
como un dios que bendice sus pecados;
cuando el verano traiga la liturgia del mar,
me gustaría que fueras su oficiante
en oración que sea concelebrada;
cuando llegue la muerte
-e incluso mucho antes-,
me gustaría borrar las condiciones
que perviven tan solo en el deseo
y hacer que todo tiempo sea
un presente que engloba

futuros y pasados.

jueves, 18 de febrero de 2016

CONTEMPLO LAS RUINAS


CONTEMPLO LAS RUINAS

Terminado el fragor de la tormenta,
-orgasmos de la lluvia en los tejados-,
descubro en la vejez de algunas calles
el aroma que habita en sus ruinas.
Son humedades blandas, son escombros,
tumbas en las que duermen
la memoria del tiempo,
los restos del rumor y la ceniza.
 La paz y la memoria sueñan actos
que han desgastado el tiempo y la conciencia.
Hay una grieta azul en la que anida
la presencia olvidada  del olvido
y crecen sin rival el jaramago
y el musgo en el que viven los recuerdos 
de todo lo que, en brazos del pasado,
fue fuego, fueron brasas y fue vida.

Me siento a dialogar con las ruinas
y me arruino también en mis memorias.
Aquí estoy abolido, como ausente,
y pido que, de nuevo,
regrese la tormenta a rescatarme

de las manos del tiempo y del olvido.

miércoles, 17 de febrero de 2016

LENGUAS


LENGUAS

Es doctrina de todos los filólogos
que las lenguas son seres como tantos,
que nacen, crecen, se reproducen, mueren,
y que, en esa carrera de relevos,
van dejándose el alma a cada instante.
Y así, renuevan términos, reducen
el campo de fonemas, modifican
las reglas y las lindes de los campos semánticos.
No es de extrañar, por tanto, que en aquella
gran torre de Babel todos los hombres
echaran su pie a tierra, confundidos
por tanta variedad y tanto desatino.
Por si esto fuera poco, se expandieron
como plagas de Egipto por el mundo:
diversidad de lenguas y dialectos,
variedades sin cuento, tecnicismos,
argots, hablas locales, jerigonzas…

Para arreglar tamaño desconcierto,
la Historia les dio lengua a todos los imperios
-a cada uno la suya, por supuesto-,
y ya en el siglo veinte se hizo fuerte
el imperio de todos los imperios.
Y entre lenguas, dialectos y diversas jergas,
todo el mundo se aplica a la conquista
del inglés, variante americana.

Sin él no somos nadie, no contamos,

y corremos peligro de extinguirnos.

martes, 16 de febrero de 2016

VEREMOS LO QUE PASA


Me encoge el frío y me disgustan los soberbios. Llevamos un invierno benigno y suave, pero varios meses de inflación palabrera y de muestrario y escaparate de soberbia. El frío, a pesar de todo, lo soporto mejor: alguna camiseta térmica, gorro calado y ganas de que me dé el aire; no hace falta más. Los gestos de soberbia los aguanto peor porque no sé cómo combatirlos y porque me parecen indicios no de tormenta pasajera sino de ciclón anclado en las Azores y con voluntad de permanencia (siempre puede mostrarse más sereno quien tiene más fondo de armario de donde sacar ropa y razones). Por eso espero que estos días de frío se pasen pronto y que vuelvan los días templados que anuncian la primavera y la explosión de la naturaleza (otro milagro de la primavera).
No tengo tan seguro que vaya a suceder lo mismo en algunos asuntos públicos que se concretan estos días. Pienso en las negociaciones que se desarrollan entre los partidos Podemos y Partido Socialista. Y en ese cara a cara creo ver un mucho de insolencia en la nueva formación de Podemos, al menos en su dirigente principal. No sé si a la vida se puede uno echar con ínfulas y hasta con despecho, pero a mí no me llegan esas formas. Y mira que muchas de sus propuestas me parecen llamativas, atractivas y animosas. Pero siempre me resulta de mayor alcance el que cede que el que exige, el que, cuando llega nuevo a un sitio, procura aprender y no se pone ya desde el primer momento a dirigir la orquesta. No sé, me gustaría ver un poco más de humildad en las palabras y, sobre todo, en las intenciones. Acaso sus formas no sean distintas a esas que en otros ámbitos se llevan y que producen buenos resultados. No creo, sin embargo, que en la política todo sea alcanzar buenos resultados. Sigo siendo clásico en esto: descripción de la realidad, análisis, ideología, práctica política basada en la ideología. Lo de los resultados y los cargos es ya otra cosa de menor categoría. Por eso tal vez no soy político de cargo.
Creo que se va a perder una ocasión de oro para darle una vuelta de tuerca a este país en las formas y en los contenidos, de ponerlo un poco más al día y de quitarle las ropas mugrosas de los últimos años. Pero todo con armonía, sin sobresaltos y sin marcar pecho y territorio.
En esta ocasión -acaso me equivoco, pero es lo que veo- el otro partido en cuestión, el socialista, mantiene mejor el tipo y embrida algo más las formas.
En cualquier intercambio y trato en la vida, no es mejor el que más pecho saca sino el más templado, el que más sabe ceder en apariencia y el más predispuesto a que lo importante sea la foto panorámica y el bien a largo plazo. La presión de lo inmediato es enorme, muchos se dejan la piel por el camino. Pero el tiempo devuelve los cuerpos a las playas y entonces no todos poseen la misma dignidad. Claro que no.

Veremos lo que pasa.

lunes, 15 de febrero de 2016

NIEVA


NIEVA

Nieva desde las lágrimas del frío,
nieva noticias blancas de otros sitios,
nieva con la tristeza de los cielos,
nieva para encubrir la faz del viento,
nieva porque hay espuma despistada,
nieva porque germina la nevada,
nieva para taparle las vergüenzas
a una tierra que llora y oscurece.
nieva sobre los lomos de esta loba
que sigue agazapada en la montaña
de Candelario y Béjar,
nieva y nieva tan tierna y lentamente

que todo es blanco y nieve en mi memoria.

sábado, 13 de febrero de 2016

MAL EJEMPLO


MAL EJEMPLO

Caín matando a Abel con la quijada,
la cruz haciendo migas con la espada
para salvar del mal a los paganos,
Alá y la guerra santa que no acaba
de darse con los morros en el suelo,
Saturno devorando en comilona
la inofensiva carne de sus hijos,
o Júpiter matando a los titanes,
los mitos, con su sangre y sus disputas,
tanta saga sangrienta, enloquecida,
caprichos por doquier en las alturas,
miedos, horror y pánico, recelos…

Qué ejemplos tan nefastos de los dioses

para el débil quehacer de los humanos.

jueves, 11 de febrero de 2016

LAS CALLES



LAS CALLES

Al llegar la mañana, me dirijo
a dialogar un rato con las calles.
Me reconocen pronto y me saludan
con la amistad que teje la costumbre.
Muchas guardan despojos
de la noche pasada, cuando el viento
recoge a los borrachos y a los gatos.
Otras me dan noticias, pormenores,
de aquellos que pasean las aceras
con la prisa colgada en los bolsillos.
Hay algunas que asienten comprensivas
si pregunto qué dicen las estatuas,
esas que lo ven todo y no consiguen
ni siquiera soñar una respuesta.
Están también los parques y jardines,
los bancos y las plazas recoletas.
Todas guardan los ecos cual si fueran
almacén de sonidos que llegan del espacio
y posan aturdidos para jugar al corro
con palabras, con besos, con pisadas,
con todo lo que guardan y custodian.

Después, al rato, casi sin notarlo,
llegan los ruidos todos a las calles
y yo les digo adiós y me retiro
hasta el día siguiente. Me parece

que quisieran tal vez acompañarme.

miércoles, 10 de febrero de 2016

TODOS A LA CÁRCEL


Hoy es Valencia, mañana también, pasado mañana será Madrid, y cada día del año será un caso al aire de apandamiento y de aprovecharse del cargo público para llenar las arcas particulares o de partido. Todavía sigue pendiente un asunto confuso de no hace muchos años en Salamanca y hasta en Béjar, que atufa como lo de Madrid o Valencia.
Cuando un fenómeno se repite con frecuencia, suele cargarse con las virtudes y con los defectos de la monotonía; y entonces la mente se acostumbra y cambia el foco de atención, o, al menos, se libera de la densidad para poder seguir viviendo.
Si cada día un espectador medio de televisión prestara la atención que seguramente merecen todos los casos de corrupción que salen a la luz, no tendría otra ocupación y su ánimo andaría por los suelos. Seguramente, algo de eso habrá, si hacemos caso al tono y a las descalificaciones globales que se oyen por ahí.
El fenómeno es algo más complejo y diverso, y en él, como sucede siempre, intervienen muchos factores. Y, siendo como es el más importante el hecho de que se comentan los delitos, no es nada de poca importancia la labor de los medios de comunicación y el análisis o la falta de él que todos hagamos.
Nunca como ahora mismo los medios se han disputado la transmisión de la noticia (hay medios y periodistas por todas las esquinas y de todas las tendencias). Como además todo está supeditado al morbo y a la cuenta de resultados, a ver quién se queda atrás en la indagación y publicación de cualquier desvío, por pequeño que este sea. De este modo, lo que ya es negativo en sí se multiplica y se magnifica hasta el hartazgo. Si a ello le sumamos el sesgo escandaloso de algunos medios, el resultado es sencillamente insoportable. Pero cada medio parece tener sus receptores y ahí andan, en lucha continua y en disparate tras disparate. Además, su escudo indestructible, dicen ellos, es el de la libertad de expresión sin cortapisas y las fuentes, que no confiesan nunca, el bulo y la media verdad campan a sus anchas, como el asno de Sancho por los prados de la Mancha.
Pero, con todo, lo que más me interesa siempre es lo que me parece una falta general de análisis del panorama, es decir, de las causas que favorecen la aparición de todo este meremágnun de escándalos políticos y de robos reales. Dos ejemplos que siguen de rabiosa actualidad: a) ¿Por qué no se analiza qué tipo de sociedad era (y es, por desgracia) la que favorecía el hecho de que, en cuanto aparecía un miembro de la familia real, todos (y todas) se rendían sin pudor a lo que deseara el susodicho? ¡Es que, si no remediamos eso, el fenómeno se volverá a repetir!; b) La financiación ilegal del PP, no en un momento de debilidad, sino a lo largo de más de veinte años, invalida toda su trayectoria. Todo ha sido mentira. Han jugado con las cartas marcadas y en desigualdad de condiciones.

¿Qué importa un hecho concreto, por grave que este sea, a la vista de un cuadro panorámico en la que participamos todos? Supongo que las cárceles se van a llenar con tanto chorizo y con tanto ladrón, pero acaso todos tendríamos que ir de vez en cuando de visita, para recordar que han sido nuestra abulia, nuestra flojera mental y nuestra escala de valores, en la que nos parece casi todo normal, las que ha permitido que todo eso y mucho más haya sucedido, siga sucediendo y se repita en el futuro. 

martes, 9 de febrero de 2016

OTRO


OTRO

Otro ocaso más alto y más lejano.
Otra mirada limpia y trasparente.
Otro sentir que el corazón se expande.
Otra canción en el temblor del árbol.
Otro cielo sin dioses ni misterios.
Otro labrado suelo donde sembrar las dudas.
Otra verdad en la que acampe la memoria.
Otra sombra sin huellas de la muerte.
Otro color del tiempo entre los robles.

Otro vivir sin pausas, otro hombre.

lunes, 8 de febrero de 2016

CULTURA ALTERNATIVA EL HANGAR-TEATRO


Con frecuencia, la cultura camina disfrazada de mendigo. En los tiempos que corren, su visibilidad se muestra en anuncios de nubosidad y tiempo inestable. Pero, a veces, aclara el tiempo, las nubes se dan un respiro y el sol enciende el foco. El trocito de espacio hasta el que llega se templa, se calienta y termina surgiendo de la tierra un manantial sonoro y sabrosísimo.
Fin de semana madrileño, de esos que completo con bastantes actividades programadas en solo dos o tres días. Sábado, seis de febrero. Off la Latina. Espacio alternativo de teatro. Apenas sesenta o setenta asientos en bancos corridos. No hay más espacio. Escenario mínimo. El local parece algo así como una cochera adaptada. Fundido en negro. Hay que esperar en cola. Cuando entramos, dos actores dialogan sobre el escenario. El espectador no tiene tiempo de aclimatación. Obra in media res. Texto de Mario Benedetti: “Pedro y el capitán”. Compañía El Hangar. Tan solo dos actores. Decorado minimalista.
La casualidad ha querido que durante la semana anterior yo haya dedicado horas a la lectura de libros de poemas de Benedetti (sigo hasta completar las mil y muchas páginas del uruguayo en estos días). No necesito contextualización de ningún tipo. Con un trabajo desgarrador e intensísimo de los dos actores, el texto del uruguayo presenta el enfrentamiento entre un preso político y un verdugo coronel, disfrazado de capitán en las horas de tortura. Aparentemente, el asunto parece quedar lejos de nuestra geografía y de nuestros años. Pero poca sensibilidad hay que tener para no actualizar años de dictadura de aquí y años de dictadura, también actuales, en otros sitios y lugares. La tortura, la falta de igualdad, la ausencia de garantías, los desmanes incontrolados, las barbaridades y las faltas de mesura, el descontrol de la razón y su insulto, el dolor y el sufrimiento, la angustia, los malos tratos como arma de poder y hasta de posesión… Todo en el texto y todo en la mente de cualquiera. Y, en otros formatos menos clásicos, muchas veces a nuestro mismo lado.
Como el texto lo ha compuesto un poeta, se ve reforzado en sus ritmos, en sus cambios de registro y en sus planteamientos. Así, al lado de diálogos cortados y expresivos, aparecen otros muchos más líricos y cargados de ternura y sensibilidad. Y lo mismo le sucede al planteamiento de la idea central: el torturador termina pidiendo disculpas al torturado en una catarsis personal y colectiva a la que el espectador asiste emocionado. ¡Qué escaso es el poder del potentado cuando lo que posee es solo el poder y no la razón ni el sentimiento; cuando todo se ha puesto al servicio de una apariencia social en un sistema establecido en el que se está a gusto y bien instalado, y no al servicio de un ideal adquirido en el desarrollo de la razón y en la práctica del sentimiento!
La salida del local, por puerta angosta y oscura, nos devolvió a la noche de Madrid, ese lugar indefinido en el que confluyen también todos los amantes de la noche. Hacía fresco y el cielo andaba gris y pálido.
Después vi que entregaban los premios Goya. Demasiada pajarita y demasiado vestido de gasa y trasparencia. De nuevo en la apariencia y el glamur. No vi que se concediera ningún premio a ninguno de los actores de El Hangar, que, un rato antes, se habían dejado la piel para poner en escena un extraordinario texto de Benedetti y una idea sobre la que rumiar y rumiar tranquilamente.

Luego fue carnaval, y fueron chirigotas, y fue también la compañía magnífica de Fide y Pedro, y fue el todo Madrid, donde se funde todo y todo se recoge con manos amplias y corazón abierto.

viernes, 5 de febrero de 2016

LUZ Y SOMBRA ES LO MISMO


LUZ Y SOMBRA ES LO MISMO

Si después de la luz está la luz
y tras el horizonte todo es blanco,
sabio será que descubramos cuándo
debemos desprendernos de la cruz.

Y, si es la sombra lo que aguardas tú,
tampoco es conveniente, sin embargo,
que asumas el deber ni te hagas cargo
de aquello que aniquila la virtud.

Luz y sombra es lo mismo, así que afloja
las sogas que te anudan y te aprietan
por no saber al fin si es luz o sombra.

Desnúdate en la luz, no pongas quejas
y ríete del mundo, cual la rosa,

que vive ufana, libre y ostentosa.

jueves, 4 de febrero de 2016

LECCIÓN DE AMOR



LECCIÓN DE AMOR

Es la feroz vehemencia en practicar el tacto,
el surco fecundado por los altos rayos,
la noche incandescente de la piel,
la hoguera en que la brasa es rosa pura,
la pira en que sucumben las pasiones
tras cumplirse la alegre ceremonia
de todos los contactos,
una lumbre que asciende hasta abrazarse
con el aire más fluido y más sediento,
el roce del aliento en la conquista
del frenesí y el ansia de otro cuerpo,
la plenitud del fuego, las señales
exactas, infalibles, de purificación,
la pira que consume y aniquila
la posesión más alta, la conciencia
del último contagio entre dos fuegos
que mueren desgastándose en el tacto

hasta hacerse ceniza en el recuerdo.

miércoles, 3 de febrero de 2016

¿DE DERECHAS O DE IZQUIERDAS?


Para entendernos y para que la comunicación se desarrolle de forma ágil, acudimos a fórmulas resumidas y a etiquetas, que, casi siempre, encierran matices y simplificaciones que, si las analizamos bien, nos dejan desarmados. No importa: hay que acudir al mal menor y no tomar el rábano por las hojas, y diferenciar la sustancia de lo superficial y momentáneo.
Una de estas muletillas es la que nos atribuimos al clasificarnos a nosotros mismos como ciudadanos de “derechas” o de “izquierdas”. Yo no quiero renunciar a ella, aun a sabiendas de su imperfección y de su carácter solo aproximativo; de hecho suelo proclamar que me gustaría ser de izquierdas, en referencia a mis deseos, por si acaso la realidad no me alcanza para tanto. Yo sí creo en las ideologías y en su plasmación en la vida. Qué le vamos a hacer. Seré un tipo muy antiguo y muy pasado de moda, sobre todo ahora cuando tanto éxito tienen algunas formaciones políticas que se esfuerzan en no darle importancia a este hecho, en busca de otros esquemas que den cabida -dicen ellos- a gentes de toda condición y procedencia.
 Ayer mismo me actualizaba esta idea un buen amigo. Lo hacía a través de una de esas comunicaciones que circulan en la red en forma de resumen. A través de ejemplos, se indicaba quién en unos casos era de derechas y quién de izquierdas. Al menos coincidimos el anuncio y yo mismo -también mi amigo- en que la diferencia existe. En todos los ejemplos: toros, religiones, costumbres, símbolos, trabajos, programas televisivos…, viene a coincidir el citado documento en que uno de derechas hace y deja hacer, o, si no está de acuerdo, no actúa y se abstiene. De ese modo, no le echa la culpa a nadie, si acaso a sí mismo. Cómo recuerda se hace presente aquel lema histórico “Laisser faire, laisser passer”.
Creo que tiene bastante -ni mucho menos toda- la razón en la descripción de los comportamientos; en absoluto en las consecuencias que de ellos extraigo.
Por resumir todo en este formato que me impongo, respondo que, efectivamente, el de derechas interviene menos porque no tiene ningún interés en transformar la realidad y sí todo en aprovecharse personalmente de ella; sin embargo, una persona de izquierdas (quiero decir realmente de izquierdas, no que esté apuntado de cualquier manera a un cargo orgánico) sí está interesado en cambiar la realidad para mejorarla. Por eso interviene más; por eso está más preocupado en los asuntos sociales y comunitarios; por ello es más avispa cojonera; por ello se enfrenta con opiniones a los otros miembros de la comunidad y no los deja tranquilos; por ello aparece como más “aventurero”; por ello hay períodos biológicos que empujan más en un sentido o en otro; por eso el egoísmo se compadece poco con posiciones de izquierdas; por eso la izquierda anda siempre en el cambio y en la transformación, con todo lo que ello supone de riesgo y hasta de equivocación, mientras que la derecha gobierna para el mantenimiento y la permanencia de lo existente, sobre todo porque son sus seguidores los que tienen más que mantener para ellos mismos; por eso… Ojo, y todo, también desde la izquierda, para intentar conseguir un beneficio también propio y personal más satisfactorio. Pero para todos: por eso la intervención en asuntos que conciernen a otros.
Repásense la Historia y la historia particular, o simplemente el corto período de democracia en España, y extráiganse consecuencias.
Sé que el formato reductor deja muchas costuras, que existen grados más que verdades absolutas, que en todos los sitios cuecen habas, que no es tan fiero el león como lo pintan y que gente con mejor y con peor voluntad y sentido común la hay en todas partes. Pero me parece que este no es mal punto de partida para una discusión pública que siente las bases seguras de dónde se halla cada uno. O más bien de dónde se quiere hallar.

Pero la sangre no llega al río. Ni  falta que hace. Mi amigo y yo nos reímos, compartimos charla y seguimos la senda que cada cual va descubriendo en el camino de la vida.

martes, 2 de febrero de 2016

CALLE MAYOR SERENA Y OLVIDADA


CALLE MAYOR SERENA Y OLVIDADA

Calle Mayor, que buscas en tu huida
dar esquinazo al mundo que en la Plaza
Mayor deja plantados los poderes
de dioses y de nobles, junto al símbolo
de representación de tus vecinos;
tu historia es la estrechez de una serpiente
y es la memoria viva de tu biografía:
son crónicas, sucesos y aventuras.
Tú eres la lanzadera presurosa
de este telar que teje en este cerro
la misión secular de sus destinos,
de urdir y entrelazar vidas y lanas.
Por ti se dibujaron los amores,
se hicieron luz los besos, se gastaron
las últimas farolas al amparo
de la brisa nocturna.
Tus íntimas plazuelas guardan ecos
de leyendas pasadas, tus balcones
son muestrario de todo lo que un día
fue alegría y dolor, amor y pena.

Hoy el eco se apaga, apenas suena,
las horas, los comercios no pregonan
con la fuerza de antaño: pareciera
que todo anda en silencio y olvidado,
es como si el espacio se negara,
se hiciera más angosto y a deshora
alguien quisiera detener el tiempo.

Campana de san Gil, Casino Obrero,
fuentes que rumorean, Puerta de Ávila,
gritad a la ciudad, llamad a todos,
abrid todas las puertas y comercios,
que vengan los de dentro y los de fuera
a pisar y a dar vida en su presencia
a una calle dormida en el misterio.

Calle Mayor arriba, Corredera;

calle Mayor abajo hasta la Plaza.

lunes, 1 de febrero de 2016

CARLOS Y LA ESPERANZA


Claro que, bien mirado, ¿para qué tanta prisa y tanta madrugada?
A Carlos le pesaban las mantas después de tanto abrigo nocturno y un sueño bien ligero. La luz se abría paso por las pequeñas grietas que dejaba una persiana mal bajada. Era una luz tenue y brumosa, llegada del confín del horizonte. Porque el horizonte de la luz era infinito, pero el de la vida de Carlos se agotaba en pocos metros.
Hacía más de dos años que su nombre engordaba las listas del paro. Desde aquel maldito día en el que le comunicaron que la reiterada falta de pedidos obligaba a cerrar las puertas de la fábrica. Desde entonces, se había sentido inútil y sin fuerzas para emprender cualquier nuevo camino. Y no es que no lo hubiera intentado. No conocía otro oficio, pero alguien le inventó un modelo de currículo en el que, sin mentir ni decir toda la verdad, se mostraba dispuesto a cualquier tipo de trabajo con tal de sentirse útil y poder aportar algo a su casa.
Porque en casa de Carlos vivían cinco personas: su esposa, sus dos hijos y su suegra. Y todo era contar y estirar la libreta de su suegra, aquella en la que cada fin de mes se ingresaban apenas unos cientos de euros. Después todo se ajustaba y se controlaba: la cesta de la compra, el gasto de los niños, cualquier viaje obligado y la lista de proyectos, que se había reducido a un sueño sin fecha fija y a plazo indefinido.
Cundo Carlos volvía de llevar a los niños al colegio, rumiaba su silencio, miraba por la ventana la ladera frondosa de la sierra y recordaba otros días en los que apenas tenía tiempo porque el horario más las horas extra apenas le dejaban momentos de descanso. En casa observaba a su esposa e intercambiaba con ella alguna conversación corta. Después, casi a diario, se marchaba, calle Mayor arriba, en busca del parque, donde se encontraba con otros vecinos que engordaban como él la lista de desocupados de la pequeña ciudad en la que vivía.
La ocupación más común se solventaba en dar vueltas y más vueltas  por el rectángulo verde y en pegar la hebra arreglando el mundo y sus maldades. Ya apenas hablaban de la situación en su ciudad, como si no les quedara esperanza en ellos mismos ni en lo que les rodeaba.

Ahora Carlos sigue mirando al cielo y paseando por el parque. Pero sueña con que la primavera le traerá buenos paisajes, mejor temperatura y algún extraño envite con el que salir de este extraño sopor al que lo han obligado y al que él seguramente también ha contribuido con su excesiva complacencia. Carlos se ha apuntado a un sindicato, está estudiando un curso de especialista en agricultura y, sobre todo, sueña. En casa sonríe a sus hijos y, cuando en la televisión aparecen las noticias, apaga el aparato y cuenta a la familia sus proyectos y sus esperanzas. El último sábado se ha cogido a sus hijos y los ha llevado hasta un altozano desde el que se divisan los lugares más verdes y los lejanos llanos. Y les ha explicado sus ansias y sus sueños. En el descanso del altozano han tomado un bocadillo y han bebido de una fresca fuente. Tal vez los niños también han soñado y se han soñado en lo que su padre les estaba proponiendo. Ellos son bien pequeños y les queda todo el tiempo del mundo. Y todos los proyectos. Y toda la esperanza.