¿Por
qué tengo esta vez más ganas que otras veces de que esto de la campaña
electoral termine cuanto antes?
¿Por
qué he prometido -y lo estoy cumpliendo- no ver ninguno de esos debates entre
candidatos que anuncian como si fuera el fin del mundo cada uno de ellos?
¿Por
qué la gente no tiene ya decida su voluntad de voto si en las campañas, como
mucho, solo se añaden insultos a todo lo que ya se debe saber de cada partido?
¿Por
qué se gasta tanto dinero en propaganda y tanto esfuerzo en enviar reclamos si
todo se juega ya en los medios de comunicación?
¿Por
qué cualquier candidato no muestra NUNCA su disconformidad con NINGUNA petición
de los electores?
¿Por
qué importa mucho más el enfrentamiento que el contraste, y se promocionan los
deseos de restar en vez de los de sumar?
¿Por
qué la socialdemocracia anda medio de capa caída si es la opción que, al menos
formalmente, trata de conjugar el interés común con el impulso y el esfuerzo
individual?
¿Por
qué los candidatos fundan sus mensajes sobre todo en ocurrencias y en chistes
malos, sobre todo si con ellos denigran al adversario?
¿Por
qué casi nadie hace propuestas que no tengan que ver exclusivamente con el
dinero? ¿Es que en sus miradas, en sus mentes y en sus planteamientos el ser
humano se agota en los números?
¿Por
qué también entre los electores que tienen oportunidad de preguntar a los
candidatos también se agota casi todo en “qué hay de lo mío”?
¿Por
qué se nos olvida casi todo lo sucedido a lo largo de la legislatura y lo
fiamos a tres frases oportunas en el momento adecuado?
¿Por
qué no exigir de una vez que las campañas duren todo el tiempo del mundo,
porque todos los días debemos estar proponiendo las soluciones que creamos
adecuadas para el beneficio de la comunidad?
¿Por
qué, si las campañas son tan personalistas, no dimiten todos los líderes, menos el que más
votos haya sacado, el día siguiente de la consulta electoral?
¿Por
qué, si las candidaturas se basan -se basaran o se basasen- en programas
producto de una ideología concreta, les dan tanta importancia a los líderes y
no a las ideas?
¿Por
qué la izquierda anda siempre en la división y el quítame allá esas pajas,
mientras la derecha concentra todo en la cuenta de resultados de votos?
Y
cinco preguntas más que me relajan:
¿Por
qué la paz es siempre un arma blanca?
¿Por
qué tener que libar la flor de la hermosura de flor en flor sin detenerse a
apurar la esencia de ninguna de ellas?
¿Por
qué no se condenan también los delitos que roban y llagan el corazón?
¿Por
qué no se detiene a la muerte si anda siempre rondando por las calles?
¿Por
qué sé bien que la verdad me llama y habita entre los pliegues de tus ojos?
2 comentarios:
Buenos días, profesor Gutiérrez Turrión:
¿Por qué, en todos los tiempos, para poder soportar estas campañas costosas y vanas, tenemos que hacer los sufridos ciudadanos tanto acopio de humor?
Dejo un enlace con la estupenda viñeta de EL ROTO, de ayer 14 de diciembre 2015
Saludos
De todos los porqués, que son muchos, me gusta más el último porque encierra una certeza.
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