ASÍ
Con
la terca impaciencia de las olas,
como
un libro final, sin fe de erratas,
como
un árbol ardiendo entre sus ramas,
como
un reloj de arena que se esparce
por
todos los caminos de mi cuerpo.
Como
el primer rumor de la mañana
que
limpia la codicia de la noche,
como
un sueño infinito y deseable…
Me
habitas, me desvives, me condenas.
1 comentario:
Uauuuuu!....me encanta.
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