¿POR QUÉ NO ME
LLAMAS?
¿No
sientes que hoy tu cuerpo
pregunta
por la forma de mis manos,
que
tu boca reclama
sabor
de la saliva de otra boca?
¿Por
qué, pues, no me llamas,
me
invitas a un viaje por tu cuerpo,
me
pides que haga masa con las blandas
laderas
que conforman tus más altas montañas
y
los más hondos valles de tu sexo?
Abrásate
en tu fuego y en mi fuego,
quememos
soledad en una hoguera,
ardamos
contra el tiempo y la memoria,
dejemos
que la muerte nos olvide
mirándonos
sin causa y sin remedio;
pidamos
a la lluvia
su
dulce compañía en el silencio
y
hagamos testamento de ceniza
más
allá del desgaste de los huesos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario