martes, 3 de noviembre de 2015

¿POR QUÉ NO ME LLAMAS?


¿POR QUÉ NO ME LLAMAS?

¿No sientes que hoy tu cuerpo
pregunta por la forma de mis manos,
que tu boca reclama
sabor de la saliva de otra boca?

¿Por qué, pues, no me llamas,
me invitas a un viaje por tu cuerpo,
me pides que haga masa con las blandas
laderas que conforman  tus más altas montañas
y los más hondos valles de tu sexo?

Abrásate en tu fuego y en mi fuego,
quememos soledad en una hoguera,
ardamos contra el tiempo y la memoria,
dejemos que la muerte nos olvide
mirándonos sin causa y sin remedio;
pidamos a la lluvia
su dulce compañía en el silencio
y hagamos testamento de ceniza

más allá del desgaste de los huesos.

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