OCASO
La música domina,
cadenciosa,
los espacios del
verbo. Yo respiro
con la alta lentitud
de las encinas.
La tarde es una
copa rebosante
que bebo a
bocanadas mientras callo.
Aro mis
sueños de futuro incierto
y me dejo, me
olvido, me abandono.
La tarde me
ha inundado de luces y de canto.
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