Después de tanto susto y profecía,
de tanto gladiador y tanto desconcierto, la vida sigue igual.
Han pasado las elecciones catalanas
y nadie ha salido en posición de avanzar en ningún sentido, sobre todo porque
todos piensan que pueden seguir el suyo de manera decidida. Otra vez la ley y
la vida, el impulso y la regla, la interpretación a favor de corriente y el
todos ganan.
Solo hemos perdido los que
queríamos que este asunto se encauzara de alguna manera para que las energías
empezaran de una vez a mirar en algún otro sentido y se encauzaran en pos de
algún otro objetivo. Qué cansancio, qué sinrazón, qué luchas en negativo. Con
lo hermosas que serían las proposiciones para el común, para una mejor vida
colectiva…
Y yo aquí, en la esquina del
mundo, sin posibilidad de hacer casi nada. Como casi todo el mundo, por otra
parte. Me vuelvo a mis quehaceres y a mi mundo pequeñito. Suerte y buen ánimo.
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