viernes, 4 de septiembre de 2015

HABLO CON LAS ESTATUAS


HABLO CON LAS ESTATUAS

Caminar la ciudad a paso lento
y mirarles la cara a las estatuas
es ejercicio sano y conveniente
cuando la tarde cae. En sus ojos
duerme toda la sed que ha ido quedando
del paso de la gente por las calles:
sus voces, sus silencios, las oscuras
ambiciones guardadas en sus labios
y esa tristeza gris que va envolviendo
los rincones donde la luz se duerme.

Me gusta hablar con ellas, con sus blancas
sonrisas y su insistente calma.
Las abrazo y me miran con su mirada cómplice;
ellas me dan noticia de las pequeñas cosas
de esta ciudad estrecha y perezosa

en que me siento raro, extraño, solitario.

1 comentario:

JOSÉ LUIS MORANTE dijo...

Excelente poema y un disfrute escuchar los versos con la cadencia sosegada del poeta, en la plaza de Béjar. Gracias por tu cercanía, Antonio; siempre es muy grato coincidir en las palabras y en el ruido del tiempo.