INVITACIÓN II
Y si no
encuentras paz en tu conciencia
ni sosiego en
tu afán por la palabra,
dedícate con
ánimo y con fuerza
al agradable
gozo de nombrar.
Recupera en
sus nombres esa extraña
fuerza con la
que evocas su presencia
y así serán
materia, luz y guía
para que el
nombre vibre y haga un pacto
con ellos,
con tu afán,
con el don
creador de la palabra.
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