sábado, 15 de agosto de 2015

EN LA CIMA DEL CALVITERO


EN LA CIMA DEL CALVITERO

Aquí la piedra vive y se solaza
en perpetua y rotunda soledad,
la luz es primigenia y llega niña
desde bóvedas altas siempre limpias,
el mar se redescubre entre los ecos
que forman las lagunas y la nieve
es vecina del viento y del misterio.

En esta ara gigante en la que el tiempo
ha perdido su ritmo reflexivo
y el espacio no sabe de horizontes,
yo soy un simple acólito del viento,
estoy a lo que diga la incipiente
noticia de la luz que me reinventa
haciéndome más frágil y más diáfano.

¿Qué hacen aquí mis manos y mi cuerpo?
¿Qué pide mi zozobra? ¿Qué latidos
se asoman a la voz de mi conciencia?
Aquí, cerca del cielo, soy materia
que viene navegando  por la historia
de todas las historias,
soy piedra y vegetal, soy un producto
que mira cara a cara el universo,
esa patria común en la que todo
se acoge, se esclarece, se remansa.

Soy nada frente al todo y todo ante la nada.

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