lunes, 13 de julio de 2015

EL RAPTO DE EUROPA



Los gobernantes europeos y todos esos mangantes que representan los intereses económicos de los más poderosos (y que nunca son elegidos por nadie, salvo por las conveniencias de los que ya lo tienen todo) han concedido firmar un acuerdo con Grecia. Este tratado (con todas las reservas de quien posee escasos datos y de quien no cree que la verdad habite nunca en una sola casa) supone un respiro absolutamente engañoso para el pueblo griego, pues (en esto coinciden todos) es imposible que conduzca a otra cosa que no sea mayor sufrimiento y pobreza para las gentes griegas. Las pruebas las tendremos en poco tiempo, aunque poco va a importar porque volverán a inventarse cualquier otro remiendo con tal de que unos pocos adinerados sigan decidiendo en nombre de todos los demás, los griegos y el resto de europeos. En otras latitudes mejor es no entrar ni siquiera a considerar este asunto, para que no se nos venga todo el edificio abajo.
Cada uno de estos dirigentes puede quedar muy bien delante de muchos de sus electores menos generosos y más egoístas, y con ello hasta creerán que son unos campeones. Pena, penita, pena. Demagogia y vista corta. Egoísmo y sinrazón.
Vaya una forma de construir Europa… O más bien de destruirla. Muchos dicen que Europa se ha tomado venganza de Grecia y ha enseñado los dientes a otros posibles osados en el futuro. Tal vez tengan razón. Acaso recuerden lo que hizo Zeus con aquella doncella llamada Europa y ahora quieran devolverles la moneda a los dioses griegos y a sus descendientes. Lo cierto es que la venganza, si así fuera, está cumplida con creces pues los griegos van a tener que devolver hasta el último céntimo real e imaginario. El toro se ha vuelto bravo y peligroso, y ha empitonado a Zeus con heridas de varias trayectorias, hasta dejarlo en pronóstico muy grave.
Pensar en una Grecia fuera de Europa (eso que llaman el Grexit) es, como diría don Quijote, pensar en lo excusado. Sócrates, Platón, Aristóteles, Heráclito, Parménides, Homero, Alejandro, la democracia, el pensamiento… No, por favor. Aunque solo sea por conservar las primigenias raíces del árbol, de nuestro árbol, del árbol común más productivo, ese árbol en el que han arraigado con tan poca profundidad estos políticos que siguen sometiéndose a los parámetros del dinero como única solución para todo. También para todos ellos, lo que no son cuentas son cuentos. No sé qué diría Pitágoras, pero, si se juntara con Sócrates, me da la impresión de que les darían a todos estos con las cuentas en la cabeza y los llevarían al rincón de pensar hasta que fueran capaces de entender que la historia de las personas y de los pueblos se hace con muchos más elementos que aquellos que cuadran el PIB y el POB.

El asunto no se puede resumir en unas líneas, pero yo hoy me siento muy avergonzado y temo que los dioses se enfaden y del capricho de Zeus salga cualquier rayo vengativo.

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