EL TIEMPO Y TÚ
La luz de amanecida se desnuda
y el tiempo hace descanso y se
sosiega.
Es la clarividencia en la
hermosura,
es la ceguera intensa de la
luz
cuando se torna cuerpo a ras de
tierra.
El viento le da vuelo. Las
montañas
se yerguen y se peinan. Hay un
fondo
de campos y de nubes que
reciben
alborozados el fulgor del día.
Las aves se abalanzan
codiciosas
en busca de la luz, y se alzan
a los cielos
con unos sentimientos
aturdidos.
Las aguas rumorean en los
ríos,
con una fuerza clarificadora,
y todo canta una canción de
gozo.
La luz y el tiempo bailan, se complacen
en el dominio de la sabiduría.
Tan solo faltas tú en este
momento
de intensa claridad. Mas poco
importa:
tú permaneces
con la constancia terca de las
rocas,
por encima del tiempo y de los
brillos
fugaces del frescor de la
mañana.
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