Estamos ya inmersos todos en
un período de elecciones en el que todo el mundo sale a la pasarela a ofrecer
su mercancía, no se sabe muy bien para qué en muchos casos. Habrá que suponer
que en todos ellos alumbra el deseo de mejorar la comunidad que se aspira a
representar. Las sospechas no van siempre por ese camino.
Procuro huir en esta ventana
de asuntos locales o que estén ya descritos en los medios. Los hechos no me
interesan como tales, sino su significado, sus causas y las consecuencias que
pueden acarrear. No soy periodista; aspiro a pensar un poco y a expresar esos
esbozos de ideas que se me ocurren.
Sin embargo, cuando pasen
algunos días, me sentiré en la necesidad de explicarme acerca de lo que está
sucediendo en esta ciudad estrecha en la que vivo. Hay asuntos que me han
tocado de lleno y necesito aclarar algunas cosas que andan por ahí demasiado
confusas. O eso creo yo.
Y, de vez en cuando, poso mi
mirada en algunos hechos que suceden un poco más lejos porque me llaman
poderosamente la atención y me dejan perplejo. Y porque pueden suceder en
cualquier lugar; también aquí. Hoy lo hago con el contenido de un vídeo de
campaña del presidente de Extremadura, José Antonio Monago, que he visto en un
par de ocasiones.
No es la primera vez que este
señor se atreve a presentarse ante los demás con vídeos promocionales. No hace
mucho se despachaba con un vídeo en el que insultaba repetidamente a los
habitantes de la región andaluza, de sus propios vecinos. Ahora lo hace sumando
una serie de ripios en forma de rap que seguramente no se los cree ni él mismo,
pero que, con toda la jeta del mundo, hace suyos y los publica como si hubiera
vivido en ellos toda la vida. Alguno me llama especialmente la atención.
“Importan las ideas y no la
ideología”, dice. ¿Pero es que las ideas son las ideas peregrinas, esas que se
ocurren según sople el viento o al amparo de cómo se haya levantado uno esa
mañana; o son las ideas pensadas que se van trabando en una concepción de la
vida? Nadie le ha explicado a este señor que una ideología es precisamente la
suma trabada, razonada y jerarquizada de un conjunto de ideas? Es claro que él
nunca ha tenido ideología. Sospecho entonces que ha ido por la vida al sol que
más calienta y que más réditos personales le ha producido. O a la ocurrencia
más variopinta. O sea, que es de derechas, claro. O ni siquiera eso: ni de
derechas ni de izquierdas; o sea, de derechas, claro. Hace tan solo unos días,
alguien de por aquí decía de una persona que no servía para la política porque
pensaba mucho y era muy intelectual. Qué definición de perfecto idiota para el
que opinaba y qué halago para la persona acerca de la que opinaba. Trasládese
la consideración al señor este de Extremadura.
Un ejemplo más, que se me va
el espacio: “En política se está para el nosotros y no para el tú y yo”, dice
también. Este eslogan yo se lo compro. Pero entonces, ¿adónde va este señor
defendiendo políticas liberales sin trabas en las que está por encima de todo
el interés personal y en las que el yo lo ocupa todo? Este señor, o es
demagogo, o quiere engañar, o no se entera de nada, o es muy torpe, o no tiene
principios, o… es de derechas.
Y por si fuera poco, se
desayuna con los lemas socialistas de toda la vida. Y los proclama a ritmo
juvenil, ripiando lo que sea con tal de conseguir su reelección.
Coño, cuántas ganas de salvar
al personal. Es demasiada generosidad. Tal vez para después, ya cansado y
agotado, tomarse días de vacaciones y relajación en las Islas Canarias. Qué
jeta la de este hombre. Y qué torpeza la de todos los que se dejen engañar con
cualquier caramelo. Qué diferencia entre esto y lo de su colega Esperanza
Aguirre por una parte, y las reflexiones de Ángel Gabilondo o de Luis García Montero,
por ejemplo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario