miércoles, 25 de marzo de 2015

MIRANDO LAS ESTATUAS


MIRANDO LAS ESTATUAS

La transparente luz de la mañana
va esculpiendo tu cuerpo
con esa lentitud del artesano
que mira y se conmueve
con cada limpio golpe de piqueta.

Talla tu cara limpia y cada gesto
se va reconociendo y se complace;
después, con la mirada
sorprendida, recorre a baja altura
toda la geografía de tu cuerpo
con el asombro propio del rocío
cuando el sol se aparece de repente.

Yo te miro asombrado, me deleito,
vuelvo a sentir que todo
se hizo para el fulgor de las estatuas,

y el tiempo de la luz te pertenece.  

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