HOY TENGO LA NOSTALGIA
Con frecuencia buscaba los
latidos
que ofrece en su interior la
soledad,
pedía que el mundo todo
se olvidara de mí, que no
supiera
nada de mi existencia, que las
rosas
fueran solo mis rosas y los
sueños
se hicieran solitarios,
singulares.
Otras veces pedí que tus
sentidos
se hicieran mis sentidos y las
cosas
fueran lo que tú eras. Si tus
ojos
me miraban con gotas de
ternura,
eras tú la ternura y en tu
boca
el gusto era más dulce y más
sabroso.
Si tus manos se abrían a mis
manos,
se acunaba la luz y por tu
cuerpo
el día amanecía con todo su
esplendor.
Entonces tú me dabas tu
silencio
y yo te respiraba y tú me amabas
con la última saliva, la que
amasa
los limos del amor y los
conserva
para abrevar con gozo en lo
celeste
y perseguir el don de lo
imposible.
Hoy tengo la nostalgia
de todo lo que eres, la memoria
del tiempo de tu cuerpo y tu
palabra.
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