jueves, 12 de febrero de 2015

IMPOSTURAS



Y aquel que volvió a casa después del paseo matinal muertito de frío y que se duchó y que con el desayuno en el cuerpo ya parecía una persona con ganas y dispuesto a ganarle al día las horas al tiempo los minutos y a la pereza los trapillos de la comodidad y que se puso a leer como cada día durante casi dos horas y que cuando más engolfado estaba en lo que hacía sonó el teléfono con una noticia en la que se daba cuenta de que el secretario general del PSM había sido destituido y que no se lo quería creer y que se arrimó a los medios de comunicación para ver los detalles del caso y que no aparecían por ningún sitio y que solo se hacían eco de que había sido una decisión del secretario general de ese partido por la imagen negativa que según él daba el PSM con Tomás Gómez y que le parecía que esa era una razón menor y que no conocía los estatutos pero pensaba que si alguien había sido elegido por los militantes quién era el secretario general del partido para destituirlo y mucho más a tres meses de las elecciones y que después vio al tal Tomás Gómez prometiendo guerra y defensa de su posición y de su honor y que dijo coño no me parece mal que cada cual se defienda y defienda su posición y que luego pensó que dónde estarían las ideas frente a los intereses personales y que las personas importan pero mucho más lo tienen que hacer las ideas de los partidos y de las agrupaciones si es que las tienen que no siempre está claro y que si lo que importa es bailar la sardana o ir a la procesión del día de la patrona con tal de dar cuartelillo a los votantes entonces les pueden dar por ese sitio a las elecciones a los electores y a las representaciones y que dedujo que no debería de haber demasiadas ideas por medio y sí mucho medre personal y deseos de hacerse con parcelas de poder y que pensó en todo el mal que estos hechos producen entre los afiliados y electores y sobre todo en cualquiera que piense que tal vez existan ideologías y no solo deseos de figurar y que echó una ojeada a la situación de la ciudad estrecha y a la agrupación de ese mismo partido a la que le prestaba ayuda porque creía que era la fuerza de izquierdas creíble y de corte más moderno y reformador del lugar y en la que siempre incidía en la importancia de las ideas y en la menor importancia de ganar elecciones y que se quedó como alelado imaginando la que se podía desatar entre los poquitos que aún se movían en estos asuntos y que le pareció que en el asunto público hay siempre mucho de impostura y no demasiado de autenticidad y que mandó todo a la mierda por un rato y se puso a pensar en ideas literarias que siempre son también una impostura pero que no engañan porque ya lo avisan desde sus principios y que anotó algunas que tal vez podría desarrollar como por ejemplo estas “en esta sociedad capitalista resulta que el derroche es la mayor virtud y la mayor necesidad para que siga existiendo” “la foto de una persona se parece a un libro de consulta con capítulos” “romperé mi colección de desengaños” “que tu risa me dé los buenos días” “repetir muchas veces esos momentos irrepetibles” “se inclinaron las estatuas para mirar tu boca”… y que le pareció que era mejor volver a la lectura y a la introspección y que pasó el resto de la mañana en otros mundos y que a la hora de comer seguían dándole a la matraca de la destitución del secretario del PSM y que cortó toda comunicación con el exterior y se puso a escuchar canciones de Joaquín Díaz mientras se embaulaba unas buenas patatas con arroz y bacalao con unos tragos de vino que para sí quisiera Lázaro de Tormes cara al cielo y que se dejó llevar por el gustillo de la siesta y que…