domingo, 25 de enero de 2015

HAY CURSOS IMPOSIBLES




HAY CURSOS IMPOSIBLES

A veces me doy cita con las cosas
que el tiempo ha arrebatado de mis ojos.
Cual si hubiera pasado un vientecillo,
se despeja esa bruma que se posa
y deja en la pupila las imágenes
que, a deshora, ha de llevarse el tiempo.
Cualquier tiempo es otoño
para que se nos tiña la cara de nostalgia.

Me enseñaron que hay técnicas que apuntan
al cultivo feliz de la memoria
-cuánto echo de menos su fiel aprendizaje-.

Pero hoy busco esas otras que me ayuden
al penoso cultivo del olvido.
Del olvido de ti.

Juro que no he hallado ni un registro
que me diera noticias
de cómo dar de lado a tu recuerdo
y a esa huella serena que me invade
y que tiene tu nombre
por más que me proponga
tatuar en mi piel cualquier silencio.

Somos huesos besados por la lluvia,
que ya forman tal vez un mismo cuerpo

que supera las fuentes del olvido.

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