viernes, 21 de noviembre de 2014

POSDATA A LA ESQUELA



Hoy mismo, después de las honras fúnebres y del sepelio de doña Leonor H. S., he tenido la oportunidad de hablar con uno de sus hijos. Me pide que traslade lo siguiente:
a)      Durante el trayecto hasta la iglesia, nadie se ha detenido para mostrarles su afecto, salvo los vecinos que llegaban tarde al templo.
b)      La misa ha sido oficiada por un sacerdote desconocido pues el párroco estaba en una consulta médica. El oficiante confundió el nombre de la difunta hasta en tres ocasiones.
c)      Los hijos se han sentido muy desasistidos pues han acudido a la misa funeral incluso menos personas que las que esperaban, y eso que ya esperaban pocas.
d)      Piensan que tal vez haya sido porque, además del entierro de la duquesa de Alba, también se ha producido el acontecimiento nacional de la entrada en la cárcel de la cantante tonadillera Isabel Pantoja, gloria nacional y ejemplo íntegro de trabajo, cultura, solidaridad e intelectualidad.
e)      Sospechan que tal vez la expectación haya aumentado ante la noticia de que en la cárcel en la que ha ingresado, en Alcalá de Guadaira, existe un taller de alfabetización en el que las reclusas, también las que ingresen hoy, pueden aprender a leer y a escribir, y hasta las cuatro reglas.
f)       Se encuentran muy compungidos y desean su pronta libertad para descanso del gentío y salud de la humanidad.
g)      A pesar de todo, sienten profundamente la pérdida de su madre y la recordarán siempre.
Por mi parte, les regalé una copia del poema de don Antonio Machado, aquel que recorre su biografía con nacimiento en las Dueñas, el mismo palacio en el que ha muerto la duquesa de la duquesas:
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero…
Para que las leyeran con más calma, también les pasé unas copias de los poemas “Del pasado efímero” y de las “Coplas por la muerte de don Guido”

Y se fue la mañana entre los rayos y algún mal aspaviento paseando las aceras…

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