miércoles, 17 de septiembre de 2014

DESDE MI TERRAZA



DESDE MI TERRAZA

Hay olor de septiembre en mi terraza
y el cielo se ha tornado gris y lento,
cuajado por la lluvia y el misterio.
Es la ropa tendida una veleta
que marca la ilusión del horizonte
para que el viento siga su inconsciencia
y el río siga terco monte abajo
y se lleve la vida entre sus aguas.

Resguardan las ventanas
los modestos enseres de la casa:
los libros, que descansan aguardando
mi lectura pausada y sus consejos;
el sillón verde y pobre, que conoce
más de mí que yo mismo y que comparte
tantas horas y sueños y placeres;
unos pequeños tiestos florecidos
al calor de la luz y del verano;
tres cuadros que me miran y me hablan
de lo que quiero oír si los contemplo,
y algunas otras cosas importantes.

Todo parece estar tras los cristales:
la vida, el horizonte, el firmamento,
la montaña y el aire y los vencejos.

Pero yo estoy aquí, como varado,
en este rinconcito de mi casa,
viendo pasar el tiempo, contemplando
lo incierto y lo seguro, lo imposible
de dialogar si no es conmigo mismo.

Aquí voy a seguir y aquí me quedo
vigilando que el agua no provoque

la herrumbre silenciosa del olvido.

3 comentarios:

Gelu dijo...

Buenas noches, profesor Gutiérrez Turrión:

Todo le habla
adivina murmullos
tras los cristales.

Le dejo un enlace musical.

Saludos.

mojadopapel dijo...

La herrumbre silenciosa del olvido es algo que no te sucederá si mueves y engrasas convenientemente los engranajes....y lo haces.

Antonio dijo...

Gracias.
Antonio