viernes, 7 de febrero de 2014

AGENDA DE TRABAJO

AGENDA DE TRABAJO
Amanece y la luz tira de la alta
sustancia de la vida. Me recuerdo
y me pongo a trabajar en mis tareas.
Hoy es viernes, conviene
repetir el paseo por las sendas
que los viernes me llevan al olvido;
después hay que leer, fijar la mente
en algunas pequeñas vaguedades
dispuestas por la lógica o la pluma
del instinto feliz de  un despistado;
más tarde, reescribir en pocas líneas
lo que alcanza un momento liberado
del mostrenco vivir, de la rutina;
cuando llega la voz de las aceras,
no atenderla pues causa ruido y pide
lo que solo es inmenso griterío…

Y la mesa, y la tarde consumida
entre páginas lentas y recuerdos
de lo que fue y no es porque ya ha sido,
y tal vez un paseo a ningún sitio,
huyendo de pisar siempre las huellas
que el pasado ha esculpido y que el futuro
no sabe si abrazarlas o ignorarlas
en lo más olvidado del olvido.
Y la noche y el sueño y el recuento
de otro día gastado en la zozobra
de caminar sin rumbo definido.

Estoy al fin dispuesto
para acoger las huellas del pasado,
las ansias del futuro, lo que el día
disponga encomendarme: soy la marca
de un proceso perdido entre las sombras
más oscuras y densas, un novicio
que aspira simplemente a hacer camino
con las mente y el cuerpo

dispuestos para el pan y para el frío.

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