¿CÓMO NO LO HE DE SER?
“Abuelo, tú, cuando me ves, eres feliz”
(Palabras de mi nieta Sara,
cuatro años)
¿Cómo no lo he de ser si tú lo
dices
y lo quieres también, si tú me
hieres
con la más dulce herida, si tu
voz
es bastante armonía para
acallar al viento
y entender que las cosas se
coronan
cuando tú las convocas
con el reclamo azul de tu
palabra?
¿Es posible no serlo si nos
miras
y dejas en nosotros la
hermosura
tan solo con mirarnos
desde el don especial de tus
pupilas?
¿Cómo no lo he de ser si con
tu ayuda
ganamos siempre todas las
batallas,
si, a mis hombros, cabalgas
como esbelto jinete y
alcanzamos
la meta en el dominio de las
risas,
si te estrecho en mis brazos y
descubro
que el mundo cabe todo en ese
abrazo?
¿Cómo no lo he de ser si tú te
ofreces
blanca como la luz del
mediodía,
portadora de toda la inocencia,
la sencillez y el gozo de tus
cuatro años?
Soy feliz con el don de tu
presencia,
con el dulce regalo del olvido
del resto de las cosas, con el
blanco
sabor de tus palabras,
tan solo con saber que tú me
nombras
y me acoges tranquilo y
satisfecho
cerca de tu recuerdo.
Lo demás se ha marchado
por el camino incierto de la
tarde.
2 comentarios:
Buenos días, profesor Gutiérrez Turrión:
¡Cuánta felicidad nos dan esos queridos pequeños!
Cuando lea Sara este poema, y tantos otros de su abuelo, tendrá la respuesta por escrito.
Un abrazo.
P.D.: Estupendas las fotos que sube al blog nuestro amigo Manuel Casadiego. Como sigue sin abrir la puerta a comentarios se lo digo a usted.
¡Qué hermoso!
Me imagino a esa niña ya de mayor leyendo las cosas que le escribía su abuelo.
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