jueves, 19 de septiembre de 2013

¿CÓMO NO LO HE DE SER?


¿CÓMO NO LO HE DE SER?
“Abuelo, tú, cuando me ves, eres feliz”
 (Palabras de mi nieta Sara, cuatro años)

¿Cómo no lo he de ser si tú lo dices
y lo quieres también, si tú me hieres
con la más dulce herida, si tu voz
es bastante armonía para acallar al viento
y entender que las cosas se coronan
cuando tú las convocas
con el reclamo azul de tu palabra?

¿Es posible no serlo si nos miras
y dejas en nosotros la hermosura
tan solo con mirarnos
desde el don especial de tus pupilas?

¿Cómo no lo he de ser si con tu ayuda
ganamos siempre todas las batallas,
si, a mis hombros, cabalgas
como esbelto jinete y alcanzamos
la meta en el dominio de las risas,
si te estrecho en mis brazos y descubro
que el mundo cabe todo en ese abrazo?

¿Cómo no lo he de ser si tú te ofreces
blanca como la luz del mediodía,
portadora de toda la inocencia,
la sencillez y el gozo de tus cuatro años?

Soy feliz con el don de tu presencia,
con el dulce regalo del olvido
del resto de las cosas, con el blanco
sabor de tus palabras,
tan solo con saber que tú me nombras
y me acoges tranquilo y satisfecho
cerca de tu recuerdo.
Lo demás se ha marchado

por el camino incierto de la tarde.

2 comentarios:

PENELOPE-GELU dijo...

Buenos días, profesor Gutiérrez Turrión:

¡Cuánta felicidad nos dan esos queridos pequeños!
Cuando lea Sara este poema, y tantos otros de su abuelo, tendrá la respuesta por escrito.

Un abrazo.

P.D.: Estupendas las fotos que sube al blog nuestro amigo Manuel Casadiego. Como sigue sin abrir la puerta a comentarios se lo digo a usted.

Anónimo dijo...

¡Qué hermoso!
Me imagino a esa niña ya de mayor leyendo las cosas que le escribía su abuelo.