domingo, 26 de agosto de 2012

TRES NOTAS DE LA CIUDAD ESTRECHA


No es normal, por infrecuente, que yo traiga a esta ventana muchos datos de esta ciudad estrecha en la que habito. Hay ya muchas personas que lo hacen en otras páginas. Los medios tradicionales, en forma de periódicos de papel, no me merecen demasiada buena opinión, por decirlo con un eufemismo; creo que van a dejar para los tiempos futuros un retrato muy romo, y a veces muy falto de verdad, de lo que realmente se cuece en la intrahistoria de este cerro oblongo. Por si fuera poco -ojalá me equivocara de medio a medio-, tengo casi la certeza de que casi nunca se pasa de la descripción, de que la opinión y las consecuencias o el contraste entre opiniones y la consiguiente consecuencia brilla por su ausencia.
Hoy quiero hacerme eco de unas noticias que he conocido esta mañana en un periódico digital de Béjar. Son estas:
a)      Se elegirán reina y rey (o acaso duque: qué más da) de las fiestas: Cada aspirante pagará por inscribirse cinco euros.
b)      Se celebrará el pregón de las fiestas a puerta cerrada y por invitación.
c)        Se nombra bejarano ilustre a José Álvarez Monteserín.
Cada noticia tiene su comentario particular pero a mí las tres me dejan perplejo y me invitan a pensar que seguimos retrocediendo en costumbres y en escala de valores a marchas forzadas. 1.- Esta derecha sigue empeñada en lo casposo y en lo rancio que supone la exhibición en público de las anatomías humanas como valor al que todo joven tiene que aspirar. Me paso la vida utilizando eufemismos para no parecer ni parecerme demasiado hiriente. ¿Cómo se atreven después a pedir, en los trabajos y estudios, esfuerzos, superación y no sé cuántas chorradas semejantes si los están incitando antes a todo lo contrario? ¿No queda por ahí un tanto por ciento de jóvenes que se rebele y proteste ante su uso como muñecos de circo y como pobres animalitos en celo? Allá ellos. Que no se quejen más tarde.
2.- Celebrar el pregón en sitio cerrado puede estar justificado si se argumenta con naturalidad: aforo, silencio, respeto al interviniente… Dígase entonces. Pero todo el mundo sabe que de lo que se trata de huir es de las críticas a los representantes públicos por el comportamiento que en ellos observa. De modo que aquí hay engaño, y miedo, y ocultamiento… Y, como casi siempre, ninguna gana de proponer discusión sana y enfrentamiento de ideas: todo se sustanció en las urnas y aquí mando yo porque soy el amo de la fábrica. De momento, un porcentaje muy alto del vecindario sigue dejando pasar todo como si no fuera con ellos. También aquí, allá ellos y allá cada uno de nosotros.
3.- No me parece mala idea que las comunidades traten de señalar positivamente a alguno de sus vecinos como persona digna de premio y de imitación: es un estímulo para los demás. Pero hay que elegir. Y no resulta sencillo. Supongo que nadie quiere hacer sangre de la herida ni sacar los colores a ningún convecino. Así que no se trata de crítica al elegido sino a la escala de valores que se pone de manifiesto ante esa elección. Y, una vez más, se suben a la mesa las ideologías y las formas de ver la vida de cada grupo social y político, se concretan las acciones que ilusionan a unos y que desilusionan a otros. Si he defendido que existe ideología hasta en la forma de coger el tenedor para comer, ¿qué puedo decir a la hora de elegir a una persona como ejemplo para los demás? En fin, no quiero concretar más, pero sí dejar constancia de que no me gusta lo que se trasluce en la elección. Nada contra la persona, sí, y mucho, contra las actividades y el mundo en el que se desarrollan que ha podido justificar esta elección.

No hay comentarios: