sábado, 31 de marzo de 2012

ADIÓS, LEY DE DEPENDENCIA


Mientras los llamados comunicadores, tertulianos, difamadores y otros grupos del montón siguen señalando con el dedo e incitando poco menos que al linchamiento a algunas personas que se salieron de una actuación ordenada en día de la huelga -como si lo fundamental fuera eso y no el valor o el significado negativo de la misma-,se nos han colado ya otros elementos no menos importantes que los que incluye la reforma laboral. Ayer mismo se aprobó el proyecto de presupuestos, esa ley general que marca las líneas de paso y de paseo para todo el año.
No tengo ningún interés en hacer índice de recortes en los mismos: andan en cualquier medio. Mi impresión general es negativa y basta. Además, no soy economista pero -lo diré una vez más- aspiro al sentido común, y aseguro que, si no se da luz al flujo de préstamos económicos para posibles inversores, ya pueden recortar, que la realidad les enseñará que mucho más les va a recortar el capítulo de ingresos y, de ese modo, nunca se ajustarán las sumas y las restas de las cuentas de la comunidad. Y todo eso en su sistema, en ese que nos convierte a todos en números y en siervos del PIB y del POB, como si no valiéramos algo más que una suma y una resta. Ellos sabrán y todos veremos pronto.
Hay un capítulo que me deja en una especial desazón. Se trata de la anulación en la práctica de la llamada Ley de Dependencia.
Sostengo que ha sido esta una de las mejores leyes que se han aprobado y promulgado en este país en los últimos decenios. Ellas sola habría podido valer para aprobar toda una legislatura. Quiero recordar, aunque sea algo anecdótico, que entonces era ministro el bejarano Jesús Caldera, el mismo que propició la reconstrucción del Hogar Buen Pastor de Béjar y el Centro de Referencia del Alzheimer de Salamanca, por ejemplo, y el mismo al que ni en su propio pueblo ni en la provincia casi nadie le regala nada salvo improperios, insidias y mentiras.
Dedico cada día varias horas como voluntario en una institución social bejarana sin ánimo de lucro: El Buen Pastor. Aquí es conocida como la Casa de Caridad. Viene recogiendo entre sus paredes a ancianos y necesitados desde nada menos que 1853. Poco tiene que ver la realidad actual de la misma con la que haya podido tener en otros tiempos, pero el espíritu sigue siendo el mismo y los fines que persigue también son los mismos.
Allí pasan los últimos años de su vida más de cien ancianos. Muchos de ellos, como marca el deterioro físico de toda naturaleza, necesitan cuidados especiales para que su supervivencia alcance los mínimos de dignidad. Una de las ayudas en las que la institución se apoya es precisamente la de la Ley de Dependencia. No la reciben demasiadas personas pero sirve muy bien para equilibrar otras situaciones deficitarias. Teníamos pensado un plan de petición de esta ayuda para un buen número de personas en los próximos meses, desde la actividad que tendrá que desarrollar la nueva Asistente Social. Todo se ha ido al limbo. Las consecuencias las veremos en otros apartados, por desgracia.
Es solo un caso, que cuento por lo bien que lo conozco en mi actividad diaria. Pienso en otras situaciones. Al menos nosotros somos un grupo de voluntarios que está siempre dispuesto a paliar las necesidades con su voluntad y con su trabajo. ¿Qué pasará por ejemplo en situaciones individuales de soledad?
Se conjugan en esta ley asuntos de todo tipo: económicos, éticos, morales, políticos, sociales, familiares… No parece que este sea el capitulo más indicado para eliminar prestaciones. No sé que principios éticos pueden sustentar estas decisiones. Acaso sea simplemente porque resulta más fácil hacer esta cuenta que marcar imposiciones a los capitales que andan escondidos por ahí a su antojo y abundancia. Y que, por desgracia, seguirán estando.
Y luego dicen que todos son iguales. Como si esta falsa ley de la equidistancia arreglara algo en la conciencia del que la practica.
El lunes volveré al Buen Pastor y seguiré animándome para ayudar en lo que pueda. La dignidad de la persona está muy por encima de estas burdas cuentas de estadistas que no llegan a ver más allá del número.

viernes, 30 de marzo de 2012

EN CASA DEL HERRERO...


Con muchísima frecuencia nos vemos sorprendidos al escuchar palabras o frases en las que nos vemos reconocidos o con las que estamos totalmente de acuerdo y que, sin embargo, proceden de personas con las que tenemos poco en común. En esos casos nos pueden suceder dos cosas: o terminamos comprobando que, a pesar de todo, hay mucho más en común de lo que parece; o acabamos despellejándonos al observar que las mismas palabras pueden ser interpretadas en direcciones totalmente diferentes.
Alguna vez he analizado el ejemplo de la palabra “liberal” y el uso que de ella se ha hecho y se sigue haciendo.
Hoy quiero anotar otro ejemplo que me ha dejado perplejo y que ha quedado apartado y olvidado en el ciclón de la huelga general de ayer mismo. Porque la vida sigue, a pesar de todos los pesares.
Benedicto XVI -cuidado que hay benedictos y benditos y benitos y biendichos por el mundo- ha realizado un viaje por Hispanoamérica. Como siempre, vaya donde vaya, este buen hombre siempre se ve rodeado de multitudes y complacido hasta en los detalles más nimios por los mandatarios de cualquier pelaje. Uno tiende a pensar que, siendo el jefe del Estado del país más pequeño del mundo, tendría que pasar algo más desapercibido. Tal vez será por su vestimenta, o porque dicen que es infalible, que ya es decir y ser. El caso es que todo el mundo se postra y pierde la espalda por complacerle.
En Cuba ha pronunciado un discurso en el que ha incluido la reconvención y la invitación a cambiar a “los que se encierran en su verdad e intentan imponerla”. Así, como suena.
Cada cual tiene el derecho -y yo pienso que la obligación- de expresarse libremente, siempre que no insulte ni mienta como un bellaco. ¿Dónde, pues, la bondad o maldad de estas palabras?
Me parece que en dos apartados. El primero está en la parte final: “e intentan imponerla”. ¿Qué otra cosa hacemos todos cada día si no es imponer razonablemente nuestras ideas a través de la palabra? ¿No es mucho peor imponerlas por la fuerza y desde la desigualdad y la mentira? ¿O no lo hace así el poderoso desde los medios de comunicación a su servicio, por ejemplo? El segundo hace referencia a “encerrarse en su verdad”. ¿Alguien SE ENCIERRA más que la Iglesia y su representante máximo en “SU VERDAD”?
Les ha faltado tiempo a los medios consabidos para resaltar que reconvenía a la dictadura cubana. Y dicen verdad porque así era. Pero, ¿no encierran estas palabras una reconvención a sí mismo y a sus formas de pensar y de actuar? ¿Hay algo más absoluto que una verdad religiosa? Al menos en las dictaduras se puede discutir acerca de la bondad o la maldad de las ideas y de las expresiones de sus dirigentes, aunque no se pueda precisamente actuar mucho sobre ellas. En las dictaduras las expresiones y las ideas responden -por más que no se justifiquen- a pensamientos humanos y, por ello, expuestos a explicaciones y a respuestas razonadas. Nada de ello sucede en las ideas de base religiosa.
De modo que me vuelvo a preguntar: ¿Se encierra en su verdad e intenta imponerla la Iglesia? En casa del herrero, cuchillo de palo; el alguacil alguacilado; ir por lana y salir trasquilado… y cosas así.

jueves, 29 de marzo de 2012

HUELGA GENERAL

¿Cómo no decir algo  en este día de cifras y de actos, de palabras y hechos, de opiniones y dudas, de ilusiones y vuelta a las andadas?
Yo creo que ya van siete durante el período de la democracia y en todas se repiten los mismos sonsonetes. Siempre andamos a palos en lugar de sentarnos a dialogar en calma, sin ocultar los datos ni renunciar a cada una de nuestras ideas.
Tal vez sería bueno dejar pronto de lado todo aquello mostrenco que nunca aporta nada, o casi nada: que está mal la violencia, que es bueno que cada cual ejerza su derecho libremente, que hay situaciones que rozan el límite de la legalidad… Coño, y que en verano hace más calor que en invierno. Todo eso es verdad, pero no se nos pueden ir las fuerzas en ello.
Yo solo me apunto unas notas para mi reflexión. ¿Solo para la mía?
.- El derecho a trabajar tendríamos que tenerlo todos todos los días y no solo el día de huelga general. Así que a ver qué significa eso del derecho al trabajo.
.- Cualquier ley injusta y que elimine derechos al trabajador también lo está coaccionando y le impide su derecho al trabajo. Y esto se produce a diario, por desgracia. De modo que las coacciones son de muchos tipos, algunas de guante muy blanco. Y otras tan descaradas como las de los medios de la extrema derecha, que son casi todos.
.- Las huelgas generales “se ganan” o “se pierden” por el número de trabajadores que las secunden, pero ni mucho menos es esta la única variable que hay que tener en cuenta.
.- ¿Cuántas personas se pueden permitir dejar un día de trabajar en las situaciones en las que nos encontramos?
.- Nunca me han gustado las huelgas pero, si alguna está estricta y hasta etimológicamente justificada, es esta precisamente. ¿O no es sobre derechos o deberes laborales sobre lo que tienen que actuar los sindicatos?
.- Es elemental la comprensión de que las personas que apoyan el espíritu de la huelga son infinitamente más que las que han dejado de ir al trabajo.
.- Hay convocatorias de manifestaciones para esta tarde. En ellas se verá que el seguimiento será masivo.
.-Es verdad también el genérico de que el nuevo Gobierno lleva solamente tres o cuatro meses ejerciendo como tal y de que hay muchas personas que esperan prudentemente hasta ver qué puede suceder con su gobernanza general y con esta reforma laboral que se propone. Tienen el antecedente de que la anterior no ha solucionado casi nada. Desgraciadamente creo que se equivocan y que su actitud, aunque comprensible, es la de la desesperación.
.- La Historia está ahí para ser leída, interpretada y aplicada en el presente. Esta reforma supone, al menos en la teoría, un retroceso de muchísimos años. Ya veremos en la práctica, pero se anuncia más paro y mucho más precario.
.- Es casi imposible que el ciclo económico rebaje mucho más nuestra situación. Lo que nos queda -ojalá se produzca cuanto antes- es la recuperación. Deberíamos considerar al menos dos cosas para entonces: a) ¿A costa de qué vamos a volver a nuevos espejismos? Porque la situación será absolutamente precaria; b) ¿Esa debilitada recuperación  no se la van a apropiar los que legislan para que todos quedemos a la intemperie en derechos y en tranquilidad? Por desgracia, lo harán. Y tal vez piquen muchas buenas gentes.
.- Finalmente, y para mí lo más importante y esencial, si no nos planteamos radicalmente la posibilidad de cambiar el sistema, la base de partida, todo nos seguirá envolviendo en la bruma y en la descalificación. La base de partida tiene que volver a ser la radical igualdad de todas las personas en derechos y en deberes. Lo demás es todo falso y mentiroso. Seguramente para ello necesitaríamos una revolución en toda regla: cultural, política, social, religiosa… Y no parece que ande el tiempo para ello.
Qué le vamos a hacer.

miércoles, 28 de marzo de 2012

HELLO AGAIN

HELLO AGAIN
¿Y por qué no decirte que te quiero,
aunque probablemente a más de uno
le sonará a romántico y a cursi?
-¿Y esto a ti y a mí qué nos importa?-

Ya sabes que el cariño
se va volviendo añejo poco a poco,
y se cambia de nombre
con el maldito paso de los años.
Pero sus cicatrices
no admiten más sutura que otra capa
de la página eterna de la vida
con unas manos juntas cara al viento
y unos labios dispuestos a gastarse
en un uso constante en otros labios.

Por eso, aquí me tienes otra vez:
Hello, hello again, my dear, my love.

martes, 27 de marzo de 2012

CONTIGO TODO ES LIMPIO

CONTIGO TODO ES LIMPIO
(Para mi nieta Sara)
Contigo todo es limpio
como la luz sencilla de los días,
como llamar al timbre
y recibir un hola limpio y claro,
como cogerte en brazos
y sostener la risa cara a cara
(“Abuelita, no quiero que te vayas:
otro día, tú vienes a mi patio
y yo bajo y te veo
y jugamos y nos queremos mucho”);
como pararse el mundo cuando duermes
con toda tu dulzura;
como crearse el mundo
cuando despiertas
y pides que te coja y que te mime;
como saber sin duda
que es tu voz el sonido de las cosas;
como escucharte al hilo del teléfono
pensando que la voz está a tu lado;
como jugar al juego de muñecas
con una muñequita hecha más alta
que ríe y canta y pinta cuando quiere,
que va de brazo en brazo como en vuelo,
sabiendo que hay un ángel, por si acaso,
poniéndole las alas;
como aprender las letras de los cuentos
sin haberlos leído,
como notar que es tuyo
el tesoro más caro que ha producido el tiempo;
como decirte “reina,
pídeme lo que quieras,
que yo he de procurártelo
con las mejores fuerzas que me quedan”;
como decir adiós cuando la tarde
pone tierra por medio
entre tus tierras altas
y estas otras en las que te imagino.

Contigo todo es limpio,
como la luz sencilla de los días.

lunes, 26 de marzo de 2012

Y NO AMBICIONAR MÁS


Otra vez llegó el sol tras el invierno
para vestir tu piel de nuevos atributos,
para esculpir con calma
la música escondida por tu cuerpo.

Y tengo que decirte
que siento gran envidia de sus rayos
porque quiero reptar por tu silencio
y sentir que, a tu lado,
todo me pertenece.

Deseo coser mis ojos con tu poros
inyectarte mis lágrimas en ellos,
acostumbrarme a verme navegando
por los tactos undosos que provoca
la dulce mansedumbre de tus labios,
perderme y olvidarme en el paréntesis
de tu mar abundoso de sargazos,
sentir el dulce abrazo de la muerte
que me han de dar sus olas,
y no ambicionar más.

Abúlico y apático, olvidado,
ignorado, omitido y anegado
en eterno capítulo del sueño.

sábado, 24 de marzo de 2012

ESTA CIUDAD QUE HABITO


Me siento a dibujar en mi memoria
los trazos que se van haciendo ciertos
de esta ciudad estrecha y tan pequeña,
subida sobre el lomo de este cerro
oblongo y desgastado por el tiempo,
que se mira el ombligo y se adormece
soñando en un pasado menos cierto
de lo que le predica un subconsciente
amasado a la luz de las estrellas:
es tan fácil mirar hacia los valles
cuando se vive cerca de los cerros…

Las conquistas soñadas, imposibles,
contrarias a la lógica más simple,
las vírgenes, las gestas, siempre ocultas,
siempre para la voz del iniciado,
nunca para el sentido más sencillo;
la historia circunscrita a los afanes
de un río que se agota en mil oficios
y las manos de todos los que en ellos
fueron dejando huella de su paso.

Lo demás, nieve y suelo, fantasía,
lujuria de un paisaje que me habita,
calles estrechas, río, fuentes, paños,
bares, paseos, comercios en silencio,
y gentes que me rozan y que acaso
ni siquiera preguntan por mi nombre.

Viviendo este paisaje, consumiendo
lentamente las horas y los días,
me voy haciendo viejo simplemente.

viernes, 23 de marzo de 2012

ACOSTUMBRARSE A ELLA

El tiempo va aumentando el equipaje
de los que van camino de la muerte
y no sé si es desgracia o buena suerte
hacer son disimulo ese viaje.

Si la última estación nos encontrase
comprando alegremente los billetes
o destilando un beso que refleje
la rebelión de un ánimo constante.

Es la muerte una sombra que conoce
la flaqueza y la luz de cada uno,
la sorpresa que aguarda tras la risa.

 Cuando la piel observe que no hay roce
que rescate el calor del plenilunio,
será señal certera de su cita.

jueves, 22 de marzo de 2012

ORACIÓN POR LA LLUVIA


Si la lluvia quisiera, mansamente,
bañar la intersección de nuestros labios
cuando el sol, ya cansado, de la tarde
nos sorprende en un beso no buscado.

Si los surcos tendidos de la tierra
se anegaran de semen insaboro
hasta hender hondamente sus entrañas
y cuajar en la vida de otros seres.

Si tu pelo lloviera en la ventana
como sauce que, tierno, lagrimea
y se anegara toda superficie
que configura el mapa de tu geografía.

Si del más hondo oscuro de la tierra
surgiera un surtidor y, en alto chorro,
provocara a las nubes en el cielo
a dejarse vencer a ras de tierra.

Si tú entera y en todo te licuaras
y fueras solo anuncio
para el horario entero de las humedades.

Si tu boca llamara hasta su seno,
donde todo es bebida
que refresca como un roce de olas…

Hay un rumor extraño en mi ventana:
huele a mojado y sueño con la lluvia.

DÍA DE LA POESÍA

      
Hoy solo copio y admiro:
“Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura
y, yéndolos mirando,
con solo su figura,
vestidos los dejó de hermosura.”
San Juan de la Cruz

martes, 20 de marzo de 2012

EL DOLOR DE VIVIR PARA VER ESTO

El presente es la suma del pasado,
el recuerdo feliz o desgraciado
de lo que destiló en su seno el tiempo,
lo que quiso quedarse con nosotros
superando las leyes del olvido.
Por eso yo soy yo y soy la suma
de tanto cuerpo al viento, tantas ansias
queriendo tomar parte en la conciencia
de ese cuerpo continuo y dilatado.

Todo huele a vosotros en mi cuerpo,
vuestra voz es mi voz y, si mi aliento
se vuelve fatigoso, sois vosotros
mi alterado cansancio, mi fatiga.
Os veo si contemplo mis arrugas,
surcos lentos que guardan la simiente
que dejasteis en ellos por los siglos.

Soy un despojo vivo y solitario
de tanto amor perdido cuerpo a cuerpo
y reunido al azar para mostrarme
el dolor de vivir para ver esto.

Yo sí tuve un mi abuelo valeroso
que ganara en la lid una batalla
y otro abuelo sencillo que, en silencio,
se vio vencido siempre en sus empeños.

Todos son mis abuelos, los abuelos
que me habitan y son mi misma esencia.

lunes, 19 de marzo de 2012

PATRIMONIO DE TODOS




Me escandaliza ver cómo se apropia el personal de las palabras y de las ideas de los otros. Y tal vez no tenga del todo razón porque cualquier cosa creada es ya patrimonio de quien la quiera tomar. Yo mismo no hago otra cosa que apropiarme el significado de lo que leo y de lo que oigo, hasta convertirlo en un pretexto para organizar mi mente y mi vida.
Pero me escandalizo de las exageraciones, del cambio total de códigos, de la falta de pudor y de honradez, de la doblez absoluta de las chaquetas.
Creo que es lo que está sucediendo estos días con el asunto de la constitución de 1812, con La Pepa. Como la opinión publicada es patrimonio, en su casi totalidad, de la derecha “menos calmada”, prohíjan sus comentaristas interpretaciones de la misma que uno no sabe de dónde las pueden sacar.
Sería bueno, para empezar, saber con exactitud cuántos la han leído con atención. Copio solo los tres primeros artículo del Título Primero:

Artículo 1: La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios.
Artículo 2: La Nación española es libre e independiente, y no es, ni puede ser, patrimonio de ninguna familia ni persona.
Artículo 3: La soberanía reside esencialmente en la nación, y por lo mismo pertenece a esta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales.
Enternece -por no decir otra cosa- pensar en las interpretaciones interesadas de las intenciones que la Carta incluía. Ya se ve adónde ha ido a parar eso de “los españoles de ambos hemisferios”. Y es que no hace falta ser historiador para comprender que todo hay que situarlo en un contexto, y que nada se explica con certeza si no es atendiendo a las coordenadas que lo condicionan y lo certifican.
¿Qué se les puede decir del artículo segundo tanto a los centralistas como a los nacionalistas disgregadores? ¿Y a los que defienden la individualidad y la propiedad por encima de toda otra consideración? ¿Y a los que están a favor de esos bancos, más poderosos que la suma de los ciudadanos que los acogen?
Hay un concepto que, según mi opinión, ilustra mejor que nada este asunto de las interpretaciones torticeras, que no atienden a los contextos en los que se generan las cosas. Se trata del concepto de “liberal” y “liberalismo”. Se suele definir esta constitución como un texto liberal. Y a esa acepción se acogen muchos para hacerla suya y acogerse bajo el manto de su devoción. De hecho, en nuestros días toma fuerza una manera de entender la vida que se denomina a sí misma liberal y que quiere enlazar con las palabras de esta constitución. Por eso no tienen pudor en asomarse a sus proclamas y en arrogarse la única representación de los ciudadanos para celebrarla. Incluso dan de lado y no invitan a los demás a esos actos lustrosos y fotogénicos de celebraciones. Me parece una falta de respeto intolerable.
En la ciudad de Cádiz se reunió gente de muy diverso pelaje, lo hizo en unas circunstancias muy especiales y alumbró un texto hijo de las circunstancias excepcionales que se vivían. La mejor prueba es que duró muy poco y que muchos de los que allí estaban volvieron a su situación de privilegio alentando el grito de “vivan las cadenas”.
Por supuesto que en el texto hay ideas revolucionarias para la época. También es cierto que acoge imposiciones y privilegios para las clases más poderosas, sobre todo de la iglesia y de los terratenientes. Naturalmente que supone un avance extraordinario pues, por primera vez, concibe a la persona como ciudadano y no como siervo. Y muchos avances más. Por supuesto.
Pero desde aquellas fechas ha llovido mucho, a pesar de la sequía presente, y aferrarse al tenor literal de esta constitución es mostrar la patita del que no anda muy dispuesto a dar un paso al frente para adelantar en derechos y en bienestar.
Incluso estoy dispuesto a otra concesión. Me apunto al liberalismo de La Pepa. Al de La Pepa, no al que algunos extraen a su gusto y beneficio. Bien debería saberse que enseguida se separan dos tipos de liberalismo en el siglo diecinueve, uno inmovilista y otro innovador y hasta revolucionario. Casi todos los pontificadores actuales son siervos del primero. Están en su derecho. Pero que no engañen ni se hagan portavoces de lo que no está escrito, y que no olviden que lo escrito pertenece a unas circunstancias especiales de comienzos del siglo diecinueve. Han pasado doscientos años.

domingo, 18 de marzo de 2012

I SHOULD...


Me gustan las caricias de la lluvia
cuando desciende limpia desde el cielo,
pero no me complace la tormenta,
que es como un arrebato contra el tiempo.

Me encanta la amplitud del arco iris
como resumen amplio de colores,
y me asustan los grises disfrazados
de la verdad más dura de la vida.

Si tiene que haber lucha, quiero besos
gastando con sus roces cualquier labio
y nunca la alharaca de los juicios
sino la discreción de la justicia.

No aspiro a hablar de cárceles oscuras
sino de libertad a mediodía.
No quiero ser tan pobre, que me obligue
a tener que tratar con el dinero.

Exijo un calendario muy festivo
sin hojas que recuerden ningún duelo.
Quiero música, libros, paz, encuentros
y no silencios negros, guerra, olvidos.

Intento un vuelo libre y no consigo
despegar de la pista casi nunca:
acaso porque llevo  mucho peso
y hay niebla y se oscurece el horizonte.

sábado, 17 de marzo de 2012

VOCACIONES COMPRADAS


Cuando yo era un niño, When I was a child, When I was, many years ago, in illo tempore -ay, cómo pasa el tiempo, que es lo que siempre pasa-, había cada año una especie de redada religiosa que peinaba hasta el último de los pueblecitos de esta piel de toro. Los representantes de las distintas órdenes religiosas se encargaban de patear todos los caminos, de hablar con las fuerzas vivas de cada aldea y de dejar dispuesta la ida hacia algún centro religioso de lo más espigado de las escuelas rurales. Si lo sabré yo… Algo de ello cuento en mi novela “El manantial sonoro”.
Los padres de aquellos niños se ilusionaban con la posibilidad única de que sus hijos pudieran recibir enseñanza y educación en un colegio de ciudad. Después, Dios diría, que entonces estaba acaso menos callado que ahora. En realidad, los padres no abonaban una vocación ni nada parecido. No estaban para esas menudeces. Importaba poco el asunto religioso; lo que contaba era la posibilidad de que un niño perdido en el pueblecito pudiera “sacar cabeza” cuando fuera mayor. Los niños, por supuesto, no se enteraban de nada. ¡De qué se iban a enterar, si en su tierna edad solo conocían los estrechos territorios físicos y mentales de su niñez! Lo de las vocaciones, si es que surgía, se cultivaba después, en el ambiente de los seminarios y de los colegios. Y si no surgía, que era lo más común, pues se buscaba una forma, disimulada o no, de abandono y a correr por la vida desde otros parámetros menos eclesiales.
Pero no importaba demasiado porque el relevo estaba asegurado. La sociedad rural, la rígida moral religiosa, el ambiente político, el hambre y el general contexto social ponían a la cola a montones de aspirantes a tomar el relevo.
No es fácil medir en tantos por ciento la importancia de Dios y la importancia de la educación en aquellos momentos, pero es seguro que aquello de siervos de Dios y vocaciones rendidas, como mucho, era solo una parte del todo. Y no la más importante.
Después, ya se sabe. Los tiempos y las circunstancias cambiaron, las estructuras se modificaron y los conventos y seminarios se vaciaron. El relevo en monasterios y conventos se puede disimular mejor porque es menos visible, pero el de los curas diocesanos anda a la vista de todo el mundo. Por mucho que los curas mueran con las botas puestas y en su longeva ancianidad, por más que se acumulen parroquias en las mismas manos, por más que se deleguen funciones o se eliminen prácticas, ya no da el asunto ni para cubrir las apariencias imprescindibles.
La Iglesia española se desata ahora con anuncios y propagandas en busca de aspirantes para sacerdotes. Y los muy cachondos aprovechan la coyuntura laboral para recordar que esa es una profesión de empleo y trabajo seguros. Casi nada, con la que está cayendo. Como, además, las actividades, a primera vista, no parece que causen mal a nadie (casar, enterrar, decir misa, hablar del amor y de la no implicación social y política: ese chascarrillo que tanto seguidor tiene, por desgracia…), pues miel sobre hojuelas.
No estoy seguro de que, a pesar de ello, consigan invertir la tendencia. En realidad, este esquema ya se producía antes de la crisis. Me lo decía un amigo. "¿Dónde vas a encontrar un trabajo mejor si tienes ocupación segura para toda la vida, comida caliente siempre y además te prometen que ganas la vida eterna? Busca y compara, verás como no encuentras nada ni parecido. Y, si no, coteja con la situación de cualquier padre de familia, que no sabe cómo va a llegar a fin de mes, que tiene perdidos en medio de la noche a dos o tres hijos a los que espera con impaciencia porque no llegan hasta la madrugada y que no sabe cómo van a orientar su futuro. Ni comparación, muchacho."
En realidad, no es esto lo más importante. Lo esencial es acaso que, de nuevo, no es Dios la base de las decisiones sino un simple pretexto para que el ser humano vaya encajando su paso por la vida. Es, otra vez, la creación de un Dios a la medida del ser humano, la concreción de esa especie de necesidad de supervivencia acaramelada con alguna ilusión que permita seguir en pie.
Lo peor de todo, creo que con mucha diferencia, es no reconocerlo, hacer mundos y castillos en el aire y no saber que los creamos nosotros mismos y que se pueden derrumbar en cualquier momento. Y tal vez no pase nada por ello, acaso sea al menos un consuelo necesario.
Pero, vamos a reconocerlo con serenidad, vamos a hacernos más humanos… Y un poquito más sensatos.

miércoles, 14 de marzo de 2012

EL ÚLTIMO TRABAJO


Voy a seguir buscando las razones
que te llevan sin pausa hacia ti misma,
esa violencia ciega que te empuja
a seguir existiendo cada día
por encima de todos los despojos.

Hay un oscuro instinto que te anima
a dejar descendencia en otros seres,
a sembrar beso a beso y cuerpo a cuerpo
las huellas de tus dudas y tus gozos.
En los cuerpos anuncias golpe a golpe
la señal que proclama tu belleza
y en las mentes alumbras las ideas
que sostienen las causas de otros seres.

Amo en ti la belleza de tu cuerpo
y amo desde él a todo cuerpo bello;
venero en ti la gracia que te habita,
eso que en otros sitios llaman alma,
y en ella siento amor por la belleza
que aroma las estancias de tu casa.
Cuando llego a mirarte en cuerpo entero
y observo humildemente tus encantos,
amo sin tregua la sabiduría
que es resumen de amor y de belleza.

Quiero calmar mi sed con cuerpos bellos,
con conductas hermosas y muy bellas;
quiero llegar al buen conocimiento,
que me dará noticia verdadera       
de belleza absoluta y perdurable.

Allí quiero vivir, contigo en ella,
contigo, en ti, conmigo y en mí mismo.

martes, 13 de marzo de 2012

A REPONERSE, BUEN CABALLERO


Entre sequías meteorológicas y enfados mediáticos, resulta que tengo a don Quijote de nuevo en casa, reponiéndose de sus andanzas, de sus cansancios, de sus frustraciones y de sus casi agotadas ilusiones. Casi agotadas porque sospecha -y sospecho con él y con su escudero- que ha de volver a tomar armas y rocín y se ha de echar de nuevo al camino en busca de lo imposible pero de lo más real de todo: el mantenimiento de la ilusión y de la esperanza en que otra realidad es posible si un ser humano se lo propone.
Si ya ha logrado hasta entusiasmar al mismísimo escudero, que anda más animoso que él mismo en la idea de otra nueva salida a pesar de todas las experiencias que lleva ya en sus espaldas.
Hasta un simple cabreo le ha zurrado la badana. La realidad mostrenca lo ha zarandeado a su gusto. Poco importa. Ahí sigue en lo más alto. Que lo diga, si no, Sancho: Cap. LII 1ª parte: “-Oh flor de la caballería, que con solo un garrotazo acabaste la carrera de tus bien gastados años! ¡Oh honra de tu linaje, honor y gloria de toda la Mancha, y aun de todo el mundo, el cual, faltando tú en él, quedará lleno de malhechores, sin temor de ser castigados de sus malas fechorías! ¡Oh liberal sobre todos los Alejandros, pues por solos ocho meses de servicios me tenías dada la mejor ínsula que el mar ciñe y rodea! ¡Oh humilde con los soberbios y arrogante con los humildes, acometedor de peligros, sufridor de afrentas, enamorado sin causas, admirador de los buenos, enemigo de los ruines, en fin, caballero andante, que es todo lo que decir se puede! (…) “Volvamos a mi aldea en compañía de estos señores que su bien desean, y allí daremos orden de hacer otra salida que nos sea de más provecho y fama.”
Como procuro hacer siempre, extiendo la mirada en el presente, contemplo a mi alrededor el paño que se corta, y me aparecen figuras animosas y de la mejor voluntad; a su lado veo otras figuras malignas y dañinas, preocupadas de su éxito como única ocupación y dejando por su camino un rastro negro de cadáveres en forma de ignominias, de infundios, de insultos y de enfrentamientos.
Me sigo quedando con la fuerza de la compasión que me producen las personas que no hacen el mundo maniqueo y que acampan al lado de la buena voluntad y del deseo de ver el mundo en positivo.
Así que me cito con el caballero y con su escudero para iniciar la segunda parte del libro en su tercera salida. Por cierto, la más interesante para mí, tanto literariamente como en sus demás aspectos.

lunes, 12 de marzo de 2012

UN GRITO DE RABIA

“Manjón ha optado por el activismo político, demostrando que le puede más el odio a quienes no comparten sus ideas que el dolor por la muerte de su hijo”.
Editorial. El Mundo, 12 de marzo de 2012.
¿Pero todavía hay personas que puedan escribir esto impunemente en este país? No sé qué pensará esta señora si es que tiene tripas para leer esto. Sí sé que, si yo estuviera en su lugar, rogaría por no tener la mala suerte de encontrarme a este payaso (el director de El Mundo, Pedro José Ramírez Codina) delante de mí en los próximos años. Sí me lo encontrara, no sé qué podría pasar, pero no sería nada bueno ni tranquilo. Qué barbaridad. Qué payaso. Qué bufón. Qué desalmado. ¿Hasta dónde puede pensar este malnacido que le ampara la libertad de expresión? ¿Conocerá este animal lo que es el sentimiento de una madre?
No quiero abrir la puerta de los truenos porque no terminaría contra un ser que -lo repito una vez más- ha comerciado con la sangre de los muertos hasta lo más fangoso y nauseabundo, hasta dejar una estela de ignominia como no existe otra en la Historia de España.
Pilar Manjón y sus compañeros se merecen algún desagravio público. Yo no tengo más fuerzas que las suficientes para enviarles un abrazo fuerte de corazón. Y sentir rabia con ellos, mucha rabia.
¿Dónde tendré yo traspapelado aquel acróstico que le dediqué hace ya años a este bufón siniestro? No lo reproduzco porque no lo encuentro, por más que lo busco por todas partes. Cómo me gustaría reproducirlo una vez más. Sólo recuerdo el último verso: “Zahurdas para ti, bufón de España.”
No sé qué podemos hacer con las dos Españas en estos niveles de hiel y de odio. Es que lo ponen muy difícil, casi imposible.

domingo, 11 de marzo de 2012

TRES ACOTACIONES DE CONTRASTE


La vida me sorprende cada día con contrastes tan fuertes, que me dejan confuso y a la vez animoso para no transitar ciertos caminos en el futuro. Tal vez es así como se va conformando la vida y la actuación de cada cual por este breve trecho que se hace luz entre el antes y el después.
Recojo de hoy mismo algunas de esas contradicciones:
a)      Estar con mi nieta es situarme en un camino positivo y de entusiasmo por la vida. Verla crecer alegre y sin esquinas, con todo a flor de labios y sin pudor alguno, anotar cómo crece en su lenguaje y en sus elementales razonamientos es sumergirse en lo hermoso que tiene la vida para el que la quiera vivirla en positivo. Observar su egoísmo elemental y a la vez su ofrecimiento a los demás es como sentirse partícipe del mejor de los deseos y de la realidad más complaciente. Con ella he pasado este día, un día más, y ella me ha servido y me sigue sirviendo de fondo hermoso para ver la vida en estas veinticuatro horas.
b)      Leer o escuchar algunas de las palabras que reproducen los medios también me llena de sensaciones contradictorias, positivas por la parte de quien las dice y negativas en extremo por parte de algunas de las interpretaciones que de ellas se hacen.
Me refiero a las palabras de Pilar Manjón, representante de la principal asociación de afectados del 11-M. Están en los medios y a ellas se puede acceder fácilmente. Viene a acusar a muchos medios que se han servido del dolor de los afectados, tanto muertos como heridos, en aquella barbarie, sembrando sospechas sin fundamento y creando elementos de duda con tal de atizar el morbo y de ganar lectores y sanear sus cuentas de resultados. Uno ya va con sus añitos y ha tenido muchas oportunidades de referirse a este asunto. Me reconforta conocer esa acusación pública de los afectados, acusación que yo he formulado desde mi escondida ventana desde casi el primer momento. Alguna vez incluso di a la luz un poema con desahogo en insultos para el director de El Mundo. No lo localizo y por eso no lo repito, pero con muchas ganas me quedo de regodearme en ello.
Hoy, aniversario de tan execrable acción, me siento casi tan indignado como esa asociación mayoritaria de los afectados y descargo mi ira contra todos aquellos que han jugado y siguen jugando con la sangre sagrada de los muertos, sangre que poco les interesa si con ella logran aumentar sus cuentas empresariales y, de paso, conseguir otros fines políticos. He afirmado varias veces, y lo vuelvo a afirmar, que algún medio ha vendido y sigue vendiendo gramos de sangre de damnificados a millones de euros y que uno de los que lo hace (dirige el periódico El Mundo) me parece el mayor bufón que ha dado la historia de España.
c)       Durante un rato he tenido en mis brazos a mi nieta Sara viendo en dibujos televisivos el relato de un cuento de origen africano. Estábamos de visita en otra casa. Los niños son esponjas y lo beben todo. Sospecho que, además, ni nieta tiene una capacidad notable de absorción. También en ese cuento se planteaba una historia de bondad y de maldad, y se ejemplificaba en buenos y malos. No me gustó del todo. Pienso que, desde muy pequeños, enseñamos a los niños a sospechar y a ponerse en guardia en la vida, los convencemos de que los demás, o parte de los demás, andan por ahí solo con la intención de causarnos males y no bienes. De ahí a lo malo y lo bueno, lo rico y lo pobre, el pecado y la gracia, el cielo y el infierno, la libertad o la sumisión… hay muy poquitos pasos. Y de ahí a la aplicación en la vida real, ni medio pie. Me gustaría sugerirle a mi nieta la convicción de que la única vida que merece la pena es la que se plantea desde la inutilidad del mal, desde el sinsentido de tener enemigos y desde la bondad y el sentido común. Alguna vez he escrito este verso: “Me he declarado en huelga de enemigos”.
El día dio para mucho más pero acoto estas tres impresiones, que han dejado un surco un poco más profundo en este domingo, que quiere despedir el invierno y no sabe cómo hacerlo porque le falta la lluvia salvadora que unja y dé sentido positivo al nuevo ciclo.  

jueves, 8 de marzo de 2012

CABALLERO ENAMORADO


Me prometo no dedicarle muchas entradas a la lectura del Quijote. Simplemente porque no son sistemáticas: si lo fueran tendrían que ser seguidas y relacionadas. Pero no puedo por menos de demorarme un ratito más en alguna de las mil sensaciones y extrañezas que me produce su lectura.
Don Quijote es el prototipo de muchísimas cosas, pero una de las que más lucen y brillan es la de aparecer como modelo de caballero enamorado. Son numerosas las muestras que nos ofrece de su forma de entender el amor. Hay diversas teorías acerca del amor. Tal vez la más reconocida es la platónica representada en los pastores Grisóstomo y Marcela. O la más natural y campechana de Sancho con su mujer. O la más neutra de los duques, o las que se urden en las novelas intercaladas…
Pero hay una que me llama un poco más la atención. La protagoniza el propio caballero.
Estamos aún en la primera parte de la inmortal obra. Sancho vuelve con el cura y el barbero a buscar al caballero, que sigue en la sierra haciendo penitencia. Con ellos están también ahora  Dorotea y Cardenio. La moza lozana y guapísima se ha prestado a representar el papel de la princesa Micomicona y ha dejado al caballero preso en su promesa de acudir a ayudarla antes que comenzar ninguna otra aventura nueva. Y vuelven de la sierra, camino del reino africano de Micomicón donde había de derrotar al gigante Pandafilando de la Fosca Vista (un nombre más de la legión sabrosísima que saltea las páginas del libro).
Se apartan un tanto don Quijote y Sancho y el caballero comienza su batería de preguntas acerca de Dulcinea, a la que Sancho tendría que haber visitado con la carta del caballero: “¿Dónde, cómo y cuándo hallaste a Dulcinea? ¿Qué hacía? ¿Qué le dijiste? ¿Qué te respondió? ¿Qué rostro hizo cuando leía la carta? ¿Quién te la trasladó?”
Y ahí comienza el tormento de Sancho quien, a diversas preguntas ilusionadas del caballero, va respondiendo lindezas como estas:
“A decir verdad, la carta no me la trasladó nadie, porque yo no llevé carta alguna.”
“No la hallé (a Dulcinea) sino ahechando dos fanegas de trigo en un corral de su casa.”
“Cuando yo se la iba a dar, ella estaba en la fuga del meneo del trigo y díjome: “Poned esa carta sobre aquel costal, que no la puedo leer hasta que no acabe de acribar todo lo que aquí está.”
“Sentí un olorcillo algo hombruno, y debía ser que ella, con el mucho ejercicio, estaba sudada y algo correosa.”
“No la leyó (la carta) porque dijo que no sabía leer ni escribir, antes la rasgó y la hizo menudas piezas…”
“Ahora solo se debe de acostumbrar a dar u pedazo de pan y queso, que esto fue lo que me dio mi señora Dulcinea por las bardas de un corral.”
Y las mentiras continúan sin descanso.
Recordar que estamos ante un caballero andante y ante una ideal princesa plena de bondades y de bellezas, e imaginar que monta en cólera ante tamañas vulgaridades, ha de ser todo a un tiempo.
Pues no sucede tal cosa. Don Quijote aguanta todas las tarascadas y las transforma en equivocaciones o en encantamientos, como hace siempre, pero su ilusión, su enamoramiento, su embelesamiento con la figura imaginada de Dulcinea no decae ni en este contexto tan duro y limitador. Por ejemplo, ante las afirmaciones del escudero acerca del olor de Dulcinea, el caballero responde:
“No sería eso, sino que tú debías de estar romadizado o te debiste de oler a ti mismo, porque yo sé bien a lo que huele aquella rosa entre espinas, aquel lirio del campo, aquel ámbar desleído.”
Por eso y por todo lo demás, supedita la figura de la hermosísima Dorotea a la sumisión que le debe a su Dulcinea.
No intento ahora afirmar o negar acerca de mi gusto o mi desafección acerca de tal amor: la explicación se me haría muy larga; solo trato de recoger un ejemplo de constancia y de ideal al que se somete y en el que encuentra fuerzas nuestro caballero. Desde luego que don Quijote no tendría éxito ni en el Gran Hermano ni en los otros programas que pueblan nuestros medios de comunicación.
Cada cual sabrá y elegirá.

miércoles, 7 de marzo de 2012

CASI UN ACERTIJO LINGÜÍSTICO


El horno no está para bollos, pero yo me voy a vestir de panadero y dejo por hoy de lado sentimientos de otro tipo y asuntos públicos tan graves como los que se viven en esta piel de toro. Estoy jubilado, ando cansado ya casi a media noche y, si sigo engolfado en los asuntos sociales, me puede salir bilis por la boca. No tengo ganas. Aunque sé que no me lo debería permitir.
Hoy, de nuevo, prefiero tirarle de las orejas a Cervantes amablemente y como juego. No es más que una muestra más de la devoción que tengo a su libro inmortal. Está lleno de errores y de incoherencias, pero la espontaneidad y la sabiduría que encierra hacen olvidar cualquier pega o merma. Así que ahí va este juego.
Sancho ha dejado al caballero en Sierra Morena haciendo penitencia y en la duda de si debe imitar a Roldán o a su Amadís idolatrado. De una forma o de otra, no hará otra cosa que excentricidades y acciones que mueven tanto a la risa como a la compasión. Nuestro Sancho vuelve jinete en Rocinante, con el disparatado encargo de llevar a Dulcinea la carta de amor de su rendido caballero. Para más ridículo, la carta, escrita en cuaderno, se ha quedado en el monte con don Quijote. Menos mal que el escudero se acuerda de su contenido general. Cuando ha dejado el camino real y ha tomado otro nuevo, se topa con la venta de sus pasados manteos. Le toma el miedo, aunque no tanto como el de la noche de los batanes. Y hete aquí que allí se encuentra con el cura del pueblo y con el barbero, que urden la mejor forma de hacer volver al caballero hasta su pueblo. Será la segunda vuelta tras la primera y fugaz salida solitaria del caballero.
En estas están -Cap. XXVI- cuando el cura explica el plan al barbero y al escudero: “Después, habiendo bien pensado entre los dos el modo que tendrían para conseguir lo que deseaban, vino el cura en un pensamiento muy acomodado al gusto de don Quijote y para lo que ellos querían; y fue que dijo al barbero que lo que había pensado era que ÉL se vestiría en hábito de doncella andante, y que ÉL procurase ponerse lo mejor que pudiese como escudero, y que así irían adonde don Quijote estaba, fingiendo ser ELLA una doncella afligida y menesterosa, y le pediría un don, el cual él no podría dejarle de otorgar, como valeroso caballero andante.”
Sugiero la identificación significativa de los tres pronombres escritos con mayúscula.  ¿Quién se viste de doncella? ¿Quién va a actuar como escudero? Parece fácil pero las interpretaciones pueden ser diversas. ¿Podía haber sido más preciso el uso de estos tres pronombres? Seguramente sí.
Tampoco se cae el mundo porque más adelante nos enteramos de toda la función y de su estrambótico resultado. Pero imaginarlo con anticipación, cuando el autor no es preciso del todo, no hace más que añadir morbillo al asunto y hasta interés.
Es verdad que no es el asunto del masculino como término no marcado –“Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”-, ni tampoco son los recortes que conocemos o los más graves que se anuncian. Es un juego y me entretiene como tal en esta noche que no alcanza a atisbar aún la primavera.

martes, 6 de marzo de 2012

SOCIEDAD Y LENGUAJE

2012-03-06                           SOCIEDAD Y LENGUAJE
Ya era hora de que algún asunto que tenga que ver con las palabras y su uso se alce con un puesto en los medios de comunicación. En algunos, por supuesto, otros no tienen tiempo para estas ´minucias´ pues necesitan todas sus energías para realizar periodismo de investigación con el que llenar sus barrigas de dinero y completar en positivo las cuentas de resultados. Y para eso, ya se sabe, hay que andar a la caza del morbo con el que elevar al trono a la persona concreta para que se visualice y el populacho se ría cuando se le deja caer de la torre y se le abandona a la intemperie. Los medios. Algunos medios. Casi todos los medios.
El caso es que anda parte del patio encendido desde que, en El País, se ha publicado un informe de Ignacio Bosque, aprobado por parte de los académicos de la RAE, sobre Sexismo y Lengua.
Se cruzan tantas variables en el asunto, que es imposible en mis pocas líneas siquiera hacer índice de materia, pero el contenido me apasiona y no puedo sino dejar algunas notas al respecto.
a)      Analizar las indicaciones de la Academia respecto de elementos de uso del lenguaje no parece mala cosa. A mí no me merecen la misma confianza todos los académicos; no me merecen la misma confianza por ejemplo Luis María Anson que el propio Ignacio Bosque (aquel en negativo y este en positivo), ni me merece el mismo respeto en estos temas José Antonio Pascual que Juan Luis Cebrián. Técnicamente, lo que venga de Ignacio Bosque debe ser analizado con respeto.
b)      La lengua es el mejor reflejo que yo conozco de la forma de ser de la sociedad. En unas cuantas líneas se confiesa cualquiera más y mejor que en los antiguos confesonarios (¿siguen existiendo?).
c)       Es verdad que no existe correspondencia absoluta entre estructuras lingüísticas y sociales, pero sus semejanzas sí son absolutamente reveladoras.
d)      Cuando la norma se olvida de la realidad social, está avocada al fracaso y a la inutilidad.
e)      La lengua es lo que usa la gente. Su cambio es constante y no es bueno oponerse a ese cambio. Sí es absolutamente necesario que esas modificaciones estén guiadas por los que saben algo más de esto y no por los famosetes de los medios de comunicación, muchos de ellos absolutamente analfabetos funcionales y hasta reales.
f)       Jerarquizar elementos y leyes nos ayudará siempre a sobrevivir y a vivir mejor. En la lengua deberíamos tener claro algo así como esto: Primero la claridad, después la economía lingüística y a continuación el orden y la coherencia. Esta afirmación, que parece muy teórica, tiene infinitas concreciones siempre que usamos la  estructura lingüística.
g)      La mejor manera de modificar en cualquier dirección el uso y la normativa lingüísticos  está en la modificación de la sociedad que la usa y la renueva.
h)      Si la sociedad en la que vivimos es evidentemente machista, ¿cómo se puede negar que la lengua -su mejor reflejo- no lo es?
i)        El señor Bosque sabe que tiene razón al ponernos en guardia acerca de las exageraciones y de los caminos equivocados para esos cambios, pero debe tener cuidado también él, porque conoce muy bien el género, en colocar al otro lado de la balanza al menos tantos ánimos para propiciar los cambios como manifiesta para corregir exageraciones.
j)        ¿Hace falta realmente apabullar con ejemplos del paralelismo entre valores sociales y estructuras lingüísticas? Cualquiera lo podría hacer. Ahí está el léxico taurino metido en nuestra vida diaria, hasta el punto de que parecemos el país de las metáforas del cuerno. Ahí se desparrama el lenguaje bélico en los deportes. Por aquí y por allá anda el léxico religioso, como si aquí no hubieran existido otras posibilidades. Por ahí corren expresiones fosilizadas que siguen anunciando lo que hemos sido y lo que, en buena medida, seguimos siendo (pagar una cantidad por barba; adiós; estar católico; “sí hombre”, como signo de confirmación dicho a una mujer… ). Y así miles de ejemplos cotidianos
k)      No estoy seguro de que muchas mujeres no contribuyan en gran medida a la permanencia de todos estos latiguillos que reflejan lo que reflejan.
l)        No hay solución más justa y duradera que la de modificar con tiento pero sin descanso la escala de valores de todo tipo: sociales, económicos, de moda, políticos, religiosos… ¿Andamos dispuestos a ello o nos quedamos en tres gritos del momento que no hacen otra cosa que provocar el efecto contrario al que se busca? Cada cual sabrá. Y sobre todo cada cuala.
Cómo me gustaría intercambiar opiniones en público acerca de estos asuntos. Unas líneas no me dan ni para un esquema.

lunes, 5 de marzo de 2012

ESTADO DE EXCEPCIÓN


Siguen pasando los días y cada hora parece más explícita la verdad de que asistimos a una caída en picado de los derechos adquiridos por la mayoría de la población, de esos elementos de comportamiento que señalan una línea roja que nadie debería atreverse a cruzar, de esos principios que se han ido asentando y haciendo poso en cualquier escala de valores, por muy diferenciadas que estén las ideologías, de ese fondo difuso que ya formaba parte de la esencia del ser humano. Y lo peor es que parece que la caída no tiene límites.
De repente, todo se ha puesto en cuarentena y se ha dictado el estado de excepción para todos. De la noche a la mañana, parece que ha llegado un general que ha puesto a toda la tropa en alerta y atenta a sus órdenes personales. Ese general, por supuesto, es el dinero y son sus reglas, las reglas de aquellos que lo poseen. L a vida se ha despersonalizado y no tiene cara, parece que todos hubiéramos pasado a formar parte del coro de la tragedia griega, hoy europea, y que solo nos hayan dejado la función del lamento y de la exposición ciega de las verdades últimas a las que nadie hace caso.
Para que no se me olvide ni se le olvide a nadie, tengo que dejar anotado que casi todos los gobiernos, en eso que llamamos el Occidente y Europa, son de derecha, de esos que se vencen en dejar el timón al dinero y a sus vaivenes, de esos que han escondido al ser humano tras las cifras y las cuentas de resultados, de esos que han achicado la vida hasta el valor único de los productos interiores y exteriores.
En este desaguisado, la izquierda anda como perdida, sin discurso que plantear y sin líderes que se hagan visibles. La visibilidad depende en gran manera de los medios y estos andan también en el espectáculo y en sus propios intereses. Y en manos de la derecha también. No lo tiene nada fácil, pero tendrá que articularse esa izquierda de alguna manera, si no queremos dejar por el camino demasiados intereses y elementos débiles del sistema. Porque el asunto se arreglará, claro, pero nadie ha dicho a costa de qué y hasta de quiénes. Y ya se sabe que muerto el burro…
No tengo madera de líder ni por asomo, no me tienta ningún interés personal público, no aspiro a nada porque, entre otras cosas, no creo que nadie me haga caso. Pero siento que, en los años que vienen, algo tiene que estallar, alguna forma nueva tiene que tomar cuerpo y echarse a la calle. Si no es así, habrá unos que se adaptarán al sistema del imperio del dinero mejor que otros, y seguirán sobreviviendo los más fuertes, Darwin seguirá teniendo razón y hasta tal vez las cuentas parecerán más claras, sobre todo las llamadas grandes cuentas. Pero la intrahistoria, esa que afecta a todos y que llena la vida de cada uno en particular, será más oscura y olerá a injusticia y a sometimiento por todas partes. Y el ser humano será más pobre por más que las cuentas digan lo contrario.
Algunas ideas parecen muy claras y no entiendo que los que tienen oportunidad de ser escuchados no las proclamen. Ahí van dos o tres, por si acaso:
a)      Al contrario de lo que se exhibe por ahí, la ideología tiene que estar en la base de las decisiones. Primero las ideas organizadas, o sea, las ideologías, y después los programas y los líderes que los desarrollen. Ninguna decisión sin una idea que la sostenga y que la explique.
b)      Hacer real el sentido de la palabra democracia. Habrá que hacer entender que no es lo mismo la democracia teórica que la real, por desgracia, y que no conviene basar la vida en un perpetuo engaño. Sin la participación general no se puede hablar de democracia.
c)       Esta participación democrática tiene que consistir en estos momentos, sobre todo, en el control de todos los poderes teóricos y reales por parte de todos. En ese sentido, convendría repensar el valor de cada uno de los tres poderes tradicionales para situarlos en su sitio justo, y revisar los poderes llamados fácticos, hoy verdaderos poderes en el día a día.
d)      Si no somos capaces de al menos indexar más valores en un esquema ideológico que los estrictamente económicos, habremos reducido la vida humana a casi nada y habremos convertido a la persona simplemente en una unidad de producción, con sus plusvalías y engranajes en la cadena de producción y de consumo Qué pobreza.
e)      No se puede permitir que la competición que establecen los mercados no sirva para hacer más fuerte y próspera a la comunidad entera. No pueden valer más las partes que el todo ni pueden manejar las minorías a las mayorías.
f)       La actividad económica tiene que estar orientada siempre a la satisfacción del ser humano como tal, no a la cuenta de resultados de una compañía. No hay economía permisible que no tenga una clara orientación social.
g)      Nada nos va a poder salvar si no partimos de la solemne convicción de que el ser humano como tal está por encima de todos los egoísmos comerciales y dinerarios. Tenemos que humanizar las ideas, los programas, los controles y las actividades.
Tampoco parece que el esquema sea tan intrincado. O tal ve sí. Qué sé yo.

domingo, 4 de marzo de 2012

CITAS Y BIBLIOGRAFÍA CERVANTINAS

Me apresuro a señalar elementos positivos y de gozo en mi lectura del Quijote, no siendo que alguien vaya a pensar que mi admiración ha decaído con las sucesivas lecturas. Por cada apunte negativo podría señalar cincuenta que me parecen de asombrosa enseñanza.
Vaya ahora el siguiente como ejemplo.
Aún la obra no está en la imprenta. Seguramente ya está terminada en su desarrollo creativo. Quedan los últimos remates. Se usaba en la época solicitar de otros autores algunas palabras - muchas veces breves poemas- para encabezar el libro. La fórmula no es más que una variante de la clásica captatio benevolentiae y una forma de animar a la lectura desde la laudatio ajena o el argumento de autoridad. Nada distinto a lo que se busca en nuestros días con el encargo de los prólogos. Por su permanencia y actualidad me interesa el ejemplo.
Cervantes no acaba de encontrar pregoneros amigos para su obra (siempre he pensado que el hombre no sabía en qué extraordinaria aventura se estaba embarcando), y anda triste en su casa. Es un amigo quien lo saca de su estado de postración mental. Lo hace con una fórmula sencilla y endemoniada, algo así como lo que sigue: si los demás no quieren hacer este trabajo, hazlo tú y verás qué bien te sale y qué poco vas a tener que agradecer a los demás. Y le descubre la fórmula mágica y sencilla. Entiéndase todo, por favor, en clave literaria.
Prólogo a la obra: “Pues estadme atento y veréis como en un abrir y cerrar de ojos confundo todas vuestras dificultades y remedio todas las faltas que decís que os suspenden y acobardan para dejar de sacar a la luz del mundo la historia de vuestro famoso don Quijote, luz y espejo de toda la caballería andante. (…) Lo primero en que reparáis de los sonetos, epigramas o elogios que os faltan para el principio, y que sean de personajes graves y de titulo, se puede remediar en que vos mismo toméis algún trabajo en hacerlos, y después los podéis bautizar y poner el nombre que quisiéredes, ahijándolos al preste Juan de las Indias o al emperador de Trapisonda. (…) En lo de citar en las márgenes los libros y autores de donde sacáredes las sentencias y dichos que pusiéredes en vuestra historia, no hay más sino hacer de manera que venga a pelo algunas sentencias o latines que vos sepáis de memoria, o a lo menos que os cuesten poco trabajo  el buscalle, como será poner, tratando de libertad y cautiverio: Non bene pro toto libertas venditur auro. Y luego en el margen citar a Horacio o a quien lo dijo. (…) En resolución, no hay más sino que vos procuréis nombrar  estos nombres, o tocar estas historias en la vuestra, que aquí he dicho, y dejadme a  mí el cargo de poner las anotaciones y acotaciones; que yo os voto a tal de llenaros las márgenes y de gastar cuatro pliegos en el fin del libro. Vengamos ahora a la citación de los autores que otros libros tienen, que en el vuestro os faltan. El remedio que esto tiene es muy fácil, porque no habéis de hacer otra cosa que buscar un libro que los acote todos, desde la A a la Z, como vos decís (…) y quizá alguno habrá tan simple que crea que de todos os habéis aprovechado en la simple y sencilla historia vuestra; y cuando no sirva de otra cosa, por lo menos servirá aquel largo catálogo de autores a dar de improviso autoridad al libro…”
La cita es larga pero absolutamente esclarecedora de lo que ocurre con demasiada frecuencia y con escasa necesidad en las acotaciones, citas y bibliografías de numerosas obras. Para quien sepa y quiera leer, la crítica es demoledora.
Pienso, como el autor del Quijote, que se abusa con reiteración de los apoyos en citas de otros autores, cuando lo que realmente interesa (me interesa) es la opinión del que escribe el libro. Ya sé que está en el canon y que luce mucho la cita a pie de página, peor es que con demasiada frecuencia las acotaciones terminan por enmarañar el texto original y las opiniones del autor acaban perdiéndose en la abundancia de monte bajo. Lo de la bibliografía es mejor no meneallo para que no huela pues casi todo el mundo sabe que no se ha utilizado -y en todo caso que no se domina- el mar de obras que se acumulan en orden alfabético como para asustar.
Todo -no habría que recordarlo- dependiendo del grado y del tipo de obra de que se trate, por supuesto.
Así que loor a Cervantes por su crítica tan sagaz. Lástima que después no se prive de las citas, equivocadas no pocas veces. También yo en este apunte he hecho sobre todo cita y no autocita. Qué le vamos a hacer.