domingo, 1 de enero de 2012

HE VISTO AMANECER EL NUEVO AÑO


He visto amanecer el nuevo año desde el amplio cristal de mi terraza. La luz es sorprendida cuando traza un disparo de flecha cuesta abajo. Piquitos la recibe en lo más alto y se ilumina pronto en los canchales.
Ayer estuve allí, viendo los valles; hoy miro hacia los cielos y contemplo cómo la luz se afana en el descenso, en ganar posiciones monte abajo, en dejar la ladera al descubierto.
Es otro nuevo año y la luz se comporta como siempre: el contraste esencial de las laderas, las sombras que de frío se acobardan hasta quedarse en nada, la escasa nieve n lo alto de la cima, y el cielo despejado y cristalino para ofrecer cobijo transparente a todo lo que duerme sin conciencia del tiempo en sus guaridas.
Las calles a estas horas se mueren solitarias, sin nadie que acompañe los ecos arrecidos de sus noches. La gente duerme y calla.
La luz viene del cielo a visitarme. Voy a abrirle la puerta.

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