viernes, 18 de noviembre de 2011

Y EL HOMBRE SE HIZO HOMBRE


Cuando el hombre miró desde sus ojos,
cuando se alzó del miedo y del misterio,
cuando mordió el sabor de la manzana
y supo que su zumo era la gloria,
cuando jugó a las cartas con los dioses
y se negó a hacer risas con las trampas,
cuando olvidó las luces de los cielos
y descubrió lugares más abiertos,
cuando vio atardecer y que la noche
era solo un paréntesis de sueño,
cuando todo fue suyo. Cuando el ansia
de una conciencia cósmica se puso
a tiro de escopeta en su cabeza,
cuando alcanzó el primor de la palabra,
y todo fue milagro y alegría,
cuando fue solidario con el hombre,
“son frère, son semblable”. Cuando supo
aceptar que era el dueño de sus actos,
el principio y el fin de sus miserias,
el esclavo y el rey de sus dominios,
cuando robó el misterio a las tinieblas
y a todos los presbíteros del templo,
cuando encontró el placer de los plurales,
cuando se vio arrojado y sin remedio
en los brazos del tiempo y del espacio.

Cuando en su reino el hombre se hizo hombre
y habitó para siempre entre nosotros.

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