lunes, 31 de octubre de 2011

NO ES UN SIMPLE DECÁLOGO PARA LA AUTOESTIMA

Desde hace tiempo sigo con atención los textos que va publicando Eduardo Punset. La divulgación científica me interesa cada día más y a ella me aplico con buena disposición. Suelen ser libros que resumen otros muchos a los que no puedo llegar por falta de tiempo y de medios.
La divulgación científica tiene sus riesgos. Fundamentalmente el de la persona que recoge los resúmenes, y el peligro de quedarse en los esqueletos y no ver que el bosque no tiene un solo color sino casi todo el arco iris. En los libros de divulgación científica se criba mucho y se quedan por el camino las variaciones y los detalles. Con ello hay que contar. No me disgusta el tono de Eduardo Punset y creo que es una persona con la cabeza asentada y con la mirada amplia. Otra cosa bien distinta son los milagreros al uso, que tienen remedio para todos menos para ellos mismos. De esos, que la suerte nos libre, por favor.
La última entrega de Punset es un libro misceláneo titulado “Excusas para no pensar”. En sus páginas finales recoge un decálogo que se presenta de esta manera: “Diez mandamientos para no ser infeliz” Me gusta la humildad con la que comienza: al menos renuncia al bálsamo de la felicidad y se conforma con no ser demasiado infeliz. Eso más bien queda para los brujos y las pitonisas de la televisión. Copiaré las recomendaciones. Por si me da por revisarlas alguna vez. Y porque no estoy muy lejos de suscribirlas.
“DIEZ MANDAMIENTOS PARA NO SER INFELIZ
Primero. No intente ser feliz todo el rato. La felicidad es una emoción positiva universal y, como todas las emociones básicas, efímera. Ahora bien, cuando sienta ese gusanillo en su interior que le dice que se siente bien, dígaselo en voz alta a sí mismo: “!Estoy bien!”
Segundo. Intente disfrutar la PREPARACIÓN Y LA BÚSQUEDA de sus métodos y objetivos.
Tercero. La felicidad es, primordialmente, la ausencia de miedo (…) Para perder el miedo  a las cosas pequeñas hay que habérselo perdido a las cosas grandes, como la perspectiva de la muerte o la falta de trabajo.
Cuarto. Cuide los detalles y las cosas pequeñas en lugar de seguir obsesionándose por los grandes proyectos.
Quinto. Las investigaciones más recientes demuestran que el nivel de felicidad aumenta con la edad. Los recuerdos son más numerosos y la consiguiente ampliación de la capacidad metafórica y de la creatividad compensa largamente los procesos de pérdida neuronal.
Sexto. Concentre todos sus esfuerzos en disfrutar de aquello que le guste. Todo, salvo aburrirse delante de la tele o en conversaciones sin sentido. Es importante sentir que le absorbe lo que está haciendo.
Séptimo. No desprecie a nadie. La antítesis del amor no es el odio, sino el desprecio a los demás.
Octavo. Cuide sus relaciones personales. De todos los factores externos de la felicidad, el que mayor impacto tiene sobre la felicidad son las relaciones personales.
Noveno. Aproveche la capacidad que tenemos de imaginar -lo único que realmente nos diferencia de los chimpancés- para pensar en cosas bellas, en lugar de en desgracias.
Décimo. Aproveche todo el tiempo libre para invertir menos y colmar el déficit de MANTENIMINETO DE UNO MISMO.”

Es verdad que tiene tufillo a catálogos al uso de defensa personal y de manuales de autoestima. Pero es que este decálogo está precedido de más de doscientas páginas de análisis de la realidad emocional y física del ser humano y de su cerebro. Por eso me interesa y lo dejo aquí en mis notas a pie de página.

1 comentario:

Gelu dijo...

Buenas noches, profesor Gutiérrez Turrión:

Los libros de Eduardo Punset están muy bien, como sus charlas y sus entrevistas por televisión.
Pero, van dirigidas a un público que casi tiene la obligación de ser feliz, porque ya tiene el privilegio de tener las necesidades cubiertas. El resto, es pensar un poquito.
“Se conforma con no ser demasiado infeliz”. En la aceptación de lo que la vida nos ofrece a cada cual, ya hay una base para ser lo más feliz dentro de las posibilidades de cada uno.
¡Hay tantas personas que no pueden ser felices, porque carecen de lo imprescindible!. Y ésto es lo que no debiera dejarnos disfrutar, hasta que todo el mundo tuviese las mismas oportunidades de serlo.
Con el quinto punto no estoy en absoluto de acuerdo.

Saludos.

P.D.: En la fotografía con Manolo Casadiego se les ve felices.
El paisaje precioso y privilegiado contribuye, y el tener todas las necesidades cubiertas, y la familia, y los amigos...y un poco de salud. ¿O no?.